Cuando la noche llega, el fenómeno del “Vamping” altera: Conoce qué es y sus riesgos
Este hábito moderno combina el término inglés “vampire” con “texting” que afecta principalmente a adolescentes pero cada vez más a niños y adultos.

El vamping —una fusión entre “vampire” (vampiro) y “texting”— describe el hábito de permanecer activo frente a pantallas durante la noche, justo antes de dormir. Este comportamiento, que comenzó entre adolescentes, hoy afecta también a adultos y niños, generando una epidemia silenciosa de insomnio tecnológico.
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Expertos de la Clínica Universidad de Navarra explican que el uso nocturno de dispositivos interrumpe el ciclo natural del sueño, al inhibir la producción de melatonina, la hormona que regula el descanso. La exposición prolongada a pantallas reduce las horas de sueño, deteriora la concentración y provoca fatiga crónica al día siguiente.
El impacto de la luz azul en el cerebro y el sueño
La raíz del problema radica en la luz azul emitida por celulares y computadoras. Este tipo de iluminación engaña al cerebro haciéndole creer que aún es de día, retrasando el sueño profundo. La neuróloga Ángela Milán advierte que incluso 30 minutos frente al móvil antes de dormir pueden afectar el ritmo circadiano y fragmentar el descanso.

Para minimizar sus efectos, los especialistas recomiendan activar el modo nocturno o usar filtros de luz azul. Reducir el brillo de las pantallas y realizar ejercicios de respiración antes de dormir también ayuda al cerebro a desconectarse progresivamente.
Consecuencias físicas y mentales del vamping
El vamping no solo causa insomnio. También está asociado con aumento de peso, fatiga visual, dolores musculares y alteraciones emocionales como irritabilidad, ansiedad o falta de concentración. Dormir menos de seis horas reduce el rendimiento cognitivo y aumenta el riesgo de depresión, según datos recientes de la Organización Mundial de la Salud ( OMS ).
Además, esta práctica estimula un círculo vicioso, la falta de descanso lleva a mayor consumo nocturno de contenido digital, perpetuando el desvelo. Expertos llaman a reconocer los síntomas temprano y establecer límites de uso nocturno.
¿Cómo afecta a niños y adolescentes?
Los menores son los más vulnerables al vamping. La exposición a pantallas interrumpe hasta en un 90 % la producción de melatonina infantil, provocando déficit de atención, bajo rendimiento escolar y aumento del apetito nocturno. Según la endocrinóloga María Alija, los adolescentes que duermen menos tienden a consumir más calorías y realizar menos actividad física.
Los padres deben supervisar el tiempo de uso digital e implementar horarios de desconexión. Apagar el WiFi a una hora fija o colocar el móvil fuera del dormitorio ayuda a reeducar los hábitos de sueño y a prevenir el cansancio crónico.
Estrategias efectivas para combatir el vamping
Los expertos recomiendan establecer una rutina de higiene del sueño:
- Cenar ligero
- Reducir la cafeína
- Desconectarse de los dispositivos una hora antes de dormir
- Actividades como leer un libro físico o escuchar música relajante
El punto es buscar alternativas que favorecen la calma mental.
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