Vacas aprenden a usar letrinas para evitar contaminación por amoniaco
Vacas fueron entrenadas para usar solas las letrinas y así disminuir la contaminación por amoniaco y tener granjas más limpias.
Las vacas han sido señaldas como uno de los principales factores de contaminación, aunque ello más bien está relacionado en cómo el ser humano las cría, lo que genera gases contaminantes. Para terminar con este problema, un grupo de investigadores logró entrenarlas para que hagan sus necesidades en letrinas especiales, evitando la generación de amoniaco.
La contaminación por amoniaco de las vacas
El amoniaco se genera cuando se combinan las heces y la orina de las vacas. Esto se produce en los establos, donde las vacas tienen un sitio en común para hacer sus necesidades.
El problema del amoniaco es que, si bien no contribuye de manera directa al cambio climático, sí lo hace cuando se filtra en el suelo. Esto se debe a que los microbios lo convierten en óxido nitroso, el tercer gas de efecto invernadero que más contaminación genera, después del metano y el dióxido de carbono.
Por otro lado, el problema no se solucionaría dejando a las vacas pastando libremente, ya que sus desechos acumulados suelen contaminar el suelo y los cursos de agua locales.
La solución es, entonces, entrenar a los terneros para que vayan hasta letrinas especiales, donde sus residuos pueden reciclarse, evitando la propagación de amoniaco.
Así lo comprobó un estudio publicado en la revista Current Biology, donde los investigadores muestran que las vacas pueden ser entrenadas para usar letrinas.
“Se asume que el ganado no es capaz de controlar la defecación o la micción, pero, como muchos animales de granja, es muy inteligente y puede aprender mucho”, afirma Jan Langbein, coautor del estudio y etólogo del Instituto de Investigación de Biología de Animales de Granja (FBN) en Alemania.
Cómo entrenaron a las vacas para ir solas a sus letrinas
Para el entrenamiento, que los investigadores denominaron MooLoo, seleccionaron 16 terneras, a las cuales comenzaron por premiar cuando orinaban en la letrina. Luego les permitieron entrar y salir libremente de las letrinas.
El problema del entrenamiento fue que las vacas comenzaron a hacer sus necesidades en el campo, a pesar del premio. Decidieron entonces castigar a las terneras cuando comenzaban a defecar u orinar en el campo, a través de un pequeño chorro de agua.
De esta forma, las vacas comenzaron a ir solas a las letrinas. Los investigadores lograron entrenar a 11 de los 16 animales del experimento y las terneras mostraron un nivel de rendimiento comparable al de los niños y superior al de los muy pequeños.
El proceso permitirá controlar la producción de amoniaco y disminuir la contaminación asociada a la crianza vacuna.
Las letrinas para las vacas prometen crear granjas más abiertas, limpias y respetuosas con los animales. Ahora, los investigadores creen poder entrenar más y más terneras. El biólogo Langbein espera que “en unos años todas vayan al baño”.
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Gm
