Reacciones de la vacuna, un indicio de su eficacia y normalidad

Desde que comenzaron las jornadas de inmunización, se advirtió que la presencia de reacciones es completamente normal y hasta puede tomarse como un signo de que la vacuna funciona. Sin embargo, pareciera que mientras más jóvenes, más fuertes son estos efectos secundarios; te explicamos a qué se debe.

Recuerda que las vacunas son sustancias ajenas al cuerpo; esto ocasiona que el organismo reaccione ante ellas y genere anticuerpos para intentar desecharlas, aunque en realidad cada cuerpo es distintos y las reacciones ante la inmunización no son iguales en nadie, aunque sean jóvenes o adultos.

Presentar efectos secundarios tras la aplicación de la vacuna es un buen signo, ya que anuncia que tu organismo está generando protección; aunque también hay personas que pueden no padecer ninguna reacción y tampoco significa que no se estén generando anticuerpos.

De acuerdo al doctor Iván Castillo, infectólogo pediatra y Jefe de Epidemiología en el Hospital Christus Muguerza en Monterrey, la frecuencia de efectos secundarios de la vacuna contra la COVID-19 es de alrededor del diez a quince por ciento, la cual es baja.

Los expertos han clasificado los efectos secundarios en dos tipos, los más leves se relacionan directamente con la zona donde se aplica la vacuna en la que se puede generar dolor, enrojecimiento, inflamación o aumento de temperatura. Las demás reacciones son las sistémicas e incluyen la fiebre y el resto de malestares como cansancio, dolor de cabeza, muscular y articular, escalofríos, mareos y náuseas.

Estos efectos secundarios tanto en jóvenes como en adultos se pueden presentar entre 12 y 24 horas después de la aplicación de la vacuna, pero nunca pueden durar más de tres días. En caso de que los efectos secundarios se sigan presentando es necesario acudir al médico para descartar algún tipo de infección.

Wilbur Chen, médico-científico de enfermedades infecciosas para adultos, interesado específicamente en el desarrollo de vacunas, sugiere que la razón por la que los jóvenes sufren peores efectos secundarios es porque “habitualmente las personas mayores experimentan un deterioro de la respuesta inmune que es normal al envejecer”, es decir que en los jóvenes, la reacción debe ser más intensa para atacar su sistema inmune, aunque al final, también se generará una mayor respuesta ante las vacunas.

Asimismo, Carmen Álvarez-Domínguez, inmunóloga y profesora de la Universidad Internacional de La Rioja, propone que las personas mayores ya han experimentando un mayor número de antígenos a lo largo de su vida, por lo que tienen una memoria inmune más amplia y eso también puede hacer que no se reaccione con tanta intensidad a la vacuna, caso contrario de los jóvenes.

El doctor Castillo recalca que al momento de ingerir un medicamento, los efectos secundarios se atenúan, pero al mismo tiempo se produce una menor cantidad de anticuerpos , “ojo, no menor calidad, si menor cantidad”.

Así que hasta cierto punto puede ser contraproducente tomar algo para disminuir esa respuesta natural del cuerpo. Lo mejor es aguantar los síntomas post vacunación , en caso de experimentar fiebre se puede aplicar un baño frío o colocar compresas para regular la temperatura corporal. Si los malestares son mucho más fuertes, se recomienda tomar una dosis única de paracetamol, pero no se debe iniciar un tratamiento con horarios o tomar otras tabletas.

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