Noé Hernández: el medallista olímpico en Sidney que murió en pobreza
Noé Hernández, la historia del medallista olímpico que pasó de la gloria a la pobreza, en apenas unos años, y murió trágicamente.
La historia de Noé Hernández Valentín es la historia de muchos deportistas humildes, que supieron alcanzar la gloria, para luego caer en la pobreza. El medallista olímpico , a pesar de tener un final prematuro, aún consigue ser una fuente de inspiración para jóvenes con pocos recursos.
Noé Hernández el último medallista olímpico de marcha
Noé “El Chivo” Hernández nació en el seno de una familia humilde de Chimalhuacán, Estado de México, en 1978. Su pasión por el deporte comenzó con el futbol, como muchos niños de México, pero al crecer encontró su verdadera pasión: la marcha.
Gracias a un profesor de su escuela que lo incentivó a aprender sobre la disciplina de la caminata olímpica, Noé Hernández entró de lleno al mundo de la marcha.
A los 14 años, Noé se ganaba sus pesos vendiendo figuras de unicel de personajes animados en los semáforos, y haciendo trabajos de albañilería, mientras entrenaba por las tardes. Hasta que llegó su gran oportunidad.
En 1997, participó de su primer torneo internacional en Apodaca, Nuevo León, torneo que le abrió las puertas a nuevas competencias. Luego llegaría su primera medalla en el Campeonato Centroamericano de Bridgetown, en la Isla de Barbados.
Con una corta carrera, llegó a los Juegos Olímpicos de Sydney 2000, en Australia siendo un atleta desconocido. Todo cambiaría la noche del 21 de septiembre.
Ese fue el día en que Noé Hernández se convirtió en medallista olímpico, sorprendiendo a todos los mexicanos con su humildad y compromiso. El atleta se consagró en la prueba de 20 kilómetros, al cruzar la línea de meta en el tercer puesto, ante más de 80 mil personas.
“¡Eres tú papá, eres tú mamá!”, son las palabras de la entrevista que emocionó a todo México, cuando Noé Hernández se comunicó con sus padres, a minutos de haberse convertido en medallista olímpico.
El final de Noé Hernández, pobreza y crisis
Desde ese momento, el atleta tuvo una serie de eventos que lo llevaron por un camino de pobreza. Una lesión en la rodilla le impidió seguir compitiendo a nivel mundial, y luego se acercó a la política, para alejarse definitivamente de su verdadera pasión.
El principio del final llegó el 30 de diciembre de 2012, Hernández fue herido de bala en el cráneo tras un tiroteo en el bar “La Reina de los Reyes”, ubicado en La Paz, Estado de México. Fue internado, y logró recuperarse, pero nunca más su cuerpo funcionó igual.
El 16 de enero de 2013, llegó el final del medallista olímpico que murió en la pobreza . Fue encontrado en su Chimalhuacán natal, inconsciente, a causa de un paro cardio respiratorio
A pesar de su trágico final, el municipio de Chimalhuacán, y miles de mexicanos y mexicanas, aún llevan el recuerdo de Noé Hernández convirtiéndose en medallista olímpico y venciendo a la pobreza, al menos por unos instantes de su vida. Una alberca olímpica lleva su nombre en Chimalhuacán, para recordar su hazaña olímpica.
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