Erecciones de más de cuatro horas, nueva secuela de la COVID-19
Un paciente de 69 años sufrió priapismo que se produce cuando la sangre queda atrapada en el pene y cuyos síntomas son erecciones prolongadas.
Científicos descubrieron otra secuela en pacientes que tuvieron la COVID-19, se trata de el priapismo una afectación que se produce cuando la sangre queda atrapada en el pene y cuyos síntomas son erecciones de más de cuatro horas de duración o que no está relacionada con la estimulación sexual.
El virus puede invadir el tejido testicular de algunos hombres infectados, según un nuevo estudio de investigadores de la Facultad de Medicina Miller de la Universidad de Miami, EUA, publicado en la revista The World Journal of Men’s Health .
La investigación señala que, como ya es sabido, la infección por SARS-CoV-2 se asocia con frecuencia a complicaciones tromboembólicas y en el estudio, se describe el diagnóstico y manejo del priapismo como una complicación tromboembólica de un paciente con COVID-19 complicado síndrome de distrés respiratorio del adulto (SDRA).
En el estudio se describe el caso de un hombre de 69 años que ha sufrido priapismo isquémico tras infectarse de la COVID-19. El paciente tuvo que se intubado debido a su dificultad para respirar. Al ponerlo boca arriba la enfermera notó la erección por lo que se le colocaron compresas de hielo pero la erección persistió durante las siguientes tres horas.
Los médicos lograron con diferentes medicamentos bajar la inflamación. El paciente sufrió SDRA grave en la UCI y finalmente murió; “sin embargo, no experimentó más complicaciones tromboembólicas y el priapismo no volvió a aparecer”, dice el informe.
“Estos hallazgos podrían ser el primer paso para descubrir el impacto potencial de COVID-19 sobre la fertilidad masculina y si el virus puede ser transmitido sexualmente”, explicó el autor principal del estudio, el doctor Ranjith Ramasamy.
Otras secuelas de la COVID-19
Investigadores encontraron que podría haber hasta 55 secuelas tras haber contraído la COVID-19 y cinco síntomas persistentes como lo son la fatiga, dolor de cabeza, trastorno de atención, caída del cabello y disnea, recoge Forbes .
Los expertos encargados del estudio los denominaron como “efectos a largo plazo de COVID-19”. El 80% de los pacientes entre 17 y 87 años, presentaron por lo menos uno de los síntomas a nivel pulmonar (tos, malestar en el pecho, apnea de sueño, fibrosis pulmonar), cardiovascular (arritmias y miocarditis) o neurológico (demencia, depresión , ansiedad, trastorno de atención, trastornos obsesivo-compulsivos).
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