Cangrejo que vivió con los dinosaurios reapareció en ámbar

El fósil del cangrejo se trata de la primera especie de este animal que se conservó gracias al ámbar durante 100 millones de años.

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Escrito por: Redacción adn40
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Lida Xing

Un equipo internacional de investigadores, junto con el paleontólogo colombiano Javier Luque, descubrieron en Birmania el fósil del primer cangrejo de la era de los dinosaurios del periodo Cretácico conservado en ámbar.

El ejemplar Cretapsara athanata, es el cangrejo de aspecto moderno más antiguo y nueva rama en el árbol de la vida de estos animales que se diversificaron en todo el mundo durante el Cretácico hace 100 millones de años, creando los primeros grupos modernos mientras otros desaparecieron.

Un grupo de científicos de la Universidad de Geociencia de china, en Pekín, dirigidos por la coautora principal del proyecto, Lida Xing, realizaron microfotografías del fósil , el cual se ubica en el Museo del Ámbar de Longyin, Yunnan, en China.

Los escáneres que crearon una reconstrucción tridimensional completa permitieron ver el cuerpo completo del animal, tanto los tejidos delicados como las antenas y piezas bucales, en donde descubrieron entre las particularidades del crustáceo la existencia de branquias.

Javier Luque, paleontólogo colombiano de la universidad de Harvard que ha dedicado su vida a estudiar la evolución de los cangrejos y autor principal del proyecto, afirmó que este hallazgo les permitió reconstruir el árbol de la vida de estas especies y analizar el futuro de estos seres vivos.

“No solo era el primer cangrejo de la época de los dinosaurios preservado en ámbar , sino que además era el fósil de cangrejo más completo jamás descubierto”, afirmó Luque en una entrevista.

El cangrejo se conservó durante millones de años en el ámbar

Luque también explicó cómo es que el pequeño cangrejo, el cual mide apenas cinco milímetros, se conservó en tan buenas condiciones durante 100 millones de años.

“El ámbar es como una cápsula del tiempo que congela al organismo con un grado de detalle inigualable. Se pueden ver sus antenas con sus filamentos más chiquitos, sus grandes ojos compuestos, unas partes de la boca revestidas con finos pelos e, incluso, sus branquias. Eso no se conocía realmente”, comentó el científico colombiano.

Asimismo, resaltó la rareza de este descubrimiento, pues los animales acuáticos rara vez se conservan en las resinas de los árboles que se convierten en ámbar.

Explicó que este ejemplar probablemente abandonó su hogar marino y se adentró en un bosque de plantas coníferas donde quedó atrapado en la resina de una de ellas, fosilizándose y permaneciendo intacta hasta ahora.

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