Se estima que la industria de data centers en México tendrán una inversión directa de 18.2 mil millones de dólares e indirecta de 54 mil millones de dólares.
Los centros de datos son espacios físicos con servidores que almacenan toda la información digital (la “nube"), equipados con sistemas avanzados de enfriamiento y seguridad.
El principal desafío es la infraestructura energética, específicamente la distribución y transmisión de electricidad, más que la generación. El tema del agua ya no es un problema crítico gracias a nuevas tecnologías de enfriamiento que minimizan su uso.
La iniciativa privada está invirtiendo en la modernización de la red eléctrica (ej. 330 millones de dólares en Querétaro). La tecnología ha reducido significativamente el consumo de agua.
Polos de Desarrollo: Querétaro es un caso de éxito, y otros estados con potencial son Nuevo León, Estado de México e Hidalgo, por su energía y conectividad.
El marco regulatorio está abriéndose, permitiendo el autoabasto o abasto en isla de hasta 20 megawatts, atrayendo más inversión.
La cercanía de los centros de datos con los usuarios es clave para reducir la latencia. El gobierno ha adoptado una postura madura respecto a la soberanía de datos, reconociendo la necesidad de la infraestructura privada para datos generales, mientras que los datos sensibles (biométricos, salud) podrían ser resguardados por estructuras gubernamentales.
En general, México tiene el potencial de convertirse en un “México digital” competitivo a nivel global.