¿Por qué no podemos recordar nada de cuando fuimos bebés?
No recordar las vivencias de tu infancia es muy común entre los humanos y puede deberse a un fenómeno llamado ‘amnesia infantil’, provocado por la neurogénesis.
Conservar los recuerdos de la infancia temprana podría parecer muy difícil, y en verdad lo es. Algo similar a como si hubieran sido borrados de la memoria. Los primeros años de vida parecen no tener presencia en la mente de millones de personas, sin embargo, esto es de lo más común de lo que se cree.
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Un enorme porcentaje de personas no pueden recordar nada de lo que les ocurrió antes de los tres o cuatro años de edad. A este fenómeno se le llama ‘amnesia infantil y es un misterio que ha intrigado a los psicólogos y expertos en el tema durante décadas.
La amnesia infantil no significa que los bebés y los niños pequeños no tengan memoria. De hecho, su memoria esta predispuesta al aprendizaje y a la retención de información, ya sea para hablar, caminar o reconocer a sus familiares. Lo que hace falta es la capacidad de formar recuerdos autobiográficos, es decir, recuerdos personales de eventos específicos durante sus primeros años de vida.
Eventualmente y casi de manera inherente, los infantes de cierta edad aún pueden recordar las primeras etapas de su existencia, no siempre de la manera más lúcida posible. De acuerdo con un informe de How stuff works, investigadores creen que una alta tasa de nuevos recuerdos de infancia es la culpable de que no se puedan retener algunos de los primeros recuerdos, lo que nos obliga a dejar algunos en el rezago o en el olvido.
¿Qué impide que los humanos formen este tipo de recuerdos? Hay varias teorías al respecto, pero ninguna es definitiva. Algunos expertos subrayan que durante el desarrollo del cerebro de los niños no se cuenta con las estructuras necesarias para el almacenamiento y recuperación de recuerdos a largo plazo. Otras hipótesis apuntan a que los niños no tienen el lenguaje suficiente para codificar y narrar sus experiencias, o que no tienen un sentido del yo lo bastante desarrollado para integrar sus recuerdos en una memoria o historia coherente.
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Según un estudio, los niños de hasta 3 años podían recordar eventos significativos que les sucedieron en el último año. Los participantes del estudio recordaron hasta el 72% de los mismos eventos que habían recordado cuando tenían 3 años con una alta tasa de recuerdo continuó hasta los 7 años. Fue hasta los 8 u 9 años que la mayoría ya solo recordaba el 35% de las primeras vivencias que había logrado describir durante sus primeros tres años.
Otra investigación, publicada en la revista Science , mencionó que los cerebros de los mamíferos producen células a lo largo de su vida, un proceso llamado neurogénesis, pero los bebés de algunas especies, incluidos los humanos, producen nuevas neuronas a un ritmo mucho mayor. Y este proceso es particularmente activo en el hipocampo, que se ocupa de los recuerdos y el aprendizaje.
La mayoría de las veces, la neurogénesis conduce a un mejor aprendizaje y una mejor memoria. Pero hay una trampa, pues estas tasas extremadamente altas de neurogénesis observadas en cerebros muy jóvenes en realidad pueden aumentar el olvido. Estas nuevas neuronas podrían estar desplazando a los viejos circuitos que contienen recuerdos, entre ellos los almacenados durante los primeros años de vida.
Los expertos aumentaron la neurogénesis en ratones adultos dándoles una rueda para correr durante varias semanas o usando drogas y esto hizo que lo ratones no recordaran tan bien las cosas. Por el contrario, disminuir la tasa de neurogénesis hizo que los ratones fueran más capaces de recordar todo.
Fue así como lo científicos demostraron que podían detener la amnesia infantil: disminuir el nacimiento de nuevas neuronas en ratones jóvenes, lo que hizo que su memoria perdurara por mucho más tiempo.
“Tal vez el olvido visto aquí se deba en realidad a la mayor capacidad de aprender cosas nuevas”, dijo Mazen Kheirbek, quien estudia el nacimiento de nuevas células cerebrales en la Universidad de Columbia, para la revista Vox. “Así que hay una compensación allí, preservar los recuerdos más antiguos puede tener el costo de hacer otros nuevos”.
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