El desempleo en Estados Unidos es un indicador que venía descendiendo desde hace una década, tan solo en febrero, se reportó que solo un 3.5% de ciudadanos desempleados, la cual no se había visto en 50 años, cifra que fue presumida por Donald Trump.
Sin embargo la emergencia sanitaria provocada por el COVID-19 que obligó a miles de personas a mantenerse en sus hogares, destruyó la demanda de bienes y servicios, al grado que 26 millones de personas tuvieron que solicitar su seguro de desempleo.
En tan solo cinco semanas, se destruyeron 26 millones de empleos. Esta cifra equivale tres veces a la población de la Ciudad de México o de Veracruz, así como de países como Australia, Corea del Norte y Camerún y hasta 9 veces de casos confirmados por COVID-19 en todo el mundo.
Sin embargo se espera que la cifra de desempleo llegue a los 30 millones.
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