Leonardo Curzio: el inesperado paralelismo Sheinbaum y Meloni
Ambas lideran con economías estancadas (Italia con un crecimiento de 0.2%), lidian con la invasiva figura de Donald Trump y utilizan fuertes elementos identitarios para cimentar su liderazgo.
Al observar el panorama internacional, surgen similitudes inesperadas entre dos figuras políticamente distantes. Tanto Claudia Sheinbaum como Giorgia Meloni se enfrentan a una situación económica poco favorable en sus respectivos países. Si bien el crecimiento de México es ligeramente superior, Italia, con una expansión de solo 0.2%, refleja el complicado entorno global que ambas líderes deben gestionar.
Ambas presidentas deben lidiar, además, con liderazgos masculinos fuertes y, en ocasiones, invasivos, destacando la sombra de Donald Trump. Meloni ha optado por buscar una cercanía y colaboración con el expresidente estadounidense. Por su parte, la presidenta de México ha logrado, hasta ahora, mantener una distancia prudente, aunque sin haber alcanzado aún resultados concluyentes en la compleja relación bilateral. Este contexto internacional complicado y la similitud de los retos económicos las coloca en una línea de comparación inevitable.
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Identidad y contrapesos
Un elemento particularmente interesante que acerca a ambas líderes es el énfasis puesto en los elementos identitarios para cohesionar a sus bases. Meloni opta por una identidad italiana fuerte, ligada a la tradición de un país cristiano y a los elementos de la derecha conservadora. Nuestra presidenta, en contraste, se ha envuelto en un “aztequismo pintoresco” que se manifiesta en la promoción constante de rituales y en la creación de una “neotradición”, demostrando que los elementos identitarios son una herramienta clave en su narrativa de gobierno.
Sin embargo, las diferencias estructurales en sus ejercicios de poder son abismales. Mientras Meloni tiene que gobernar con una oposición creciente y una fuerte presencia de partidos en el Parlamento, que, aunque desestructurados, le dan batallas importantes y actúan como contrapesos, la presidenta de México tiene la ventaja de gobernar prácticamente sin contrapesos efectivos. En cualquier caso, el énfasis en los elementos tradicionales de la derecha de Meloni contrasta fuertemente con la simbología distintiva y propia de Claudia Sheinbaum.
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