Leonardo Curzio: la estrategia del “estiramiento”

El fisco ha recurrido al incremento de impuestos a bebidas isotónicas y el alza de derechos “confiscatorios” a trámites migratorios

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Publicado por: Leonardo Curzio

La realidad económica es implacable: el dinero no se estira, pero el gobierno insiste en una estrategia fiscal de “estiramiento” que solo disfraza un problema estructural.

La presentación de un paquete económico con déficit persistente ha provocado ya una “tarjeta amarilla” de los organismos internacionales por estar “fuera de rango” varios años.

Esta política es un intento desesperado por compensar el bajísimo crecimiento y la inhibición de la inversión. Lo más preocupante es que esta parálisis no es solo producto de la incertidumbre comercial global, sino de las reformas impulsadas por la mayoría legislativa, que han creado más zozobra que prosperidad. Se está tratando de sacar dinero de donde sea antes de reconocer lo que es obvio: esta economía está en gran medida postrada.

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El impacto de las “malas reformas”

El bajo desempeño económico y la estancada recaudación son el resultado directo de la incertidumbre legal generada por el propio gobierno. La inversión se ha inhibido a causa de las reformas que llevan un año implementándose, siendo descritas como “una mala y la otra peor”.

La más reciente, la modificación a la Ley de Amparo , siembra más incertidumbre que tranquilidad respecto a las garantías jurídicas que necesita la inversión para fluir en el país. Si la economía no crece, la recaudación se estanca, obligando al gobierno a buscar soluciones de corto plazo que afectan directamente al ciudadano.

La estrategia fiscal

Ante la incapacidad de generar riqueza y crecimiento, el gobierno recurre al “estiramiento” de las fuentes de ingreso existentes. Esta estrategia se ha vuelto “francamente confiscatoria” al cargar con impuestos rubros populares y trámites obligatorios.

Un ejemplo claro es el nuevo gravamen a las bebidas isotónicas: a partir de ahora, cada vez que el ciudadano se tome su suero, pagará más al gobierno, replicando la misma lógica aplicada a refrescos y jugos . De forma paralela, se suben los derechos de viaje: además de pagar el derecho de aeropuerto y un alto costo por el pasaporte, se debe pagar un formato adicional para la salida de un menor de edad del país. Se está estirando de donde se puede, sin que hasta el momento veamos el anhelado crecimiento económico.

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