Un paquete económico optimista en ingresos, rígido en gastos y con deuda creciente
El análisis del paquete económico anual revela un escenario complicado: ingresos sobrestimados, gasto cada vez más inflexible y un componente de deuda en ascenso. Los indicadores de crecimiento, empleo, inversión y consumo muestran rezagos frente a los niveles alcanzados entre 2000 y 2018.
El diputado Suárez explicó que el paquete económico anual, que abarca el ciclo presupuestal, es comparable a la economía familiar: se revisan los ingresos, se definen prioridades de gasto y, si no alcanza, se recurre al crédito. Señaló que el Estado mexicano actúa de manera similar, evaluando su capacidad recaudatoria, estableciendo prioridades (influenciadas por campañas electorales, el Plan Nacional de Desarrollo y planes sectoriales) y recurriendo a la deuda. Mencionó que el paquete económico actual incluye un componente de deuda significativo. Afirmó que, al revisar los indicadores de los criterios de política económica enviados por la Secretaría de Hacienda, el país no muestra un buen desempeño. Destacó que el crecimiento económico, el empleo formal, el consumo y la inversión están por debajo de los niveles registrados entre 2000 y 2018. En cuanto a la producción petrolera, señaló que la estimación de 1.8 millones de barriles diarios para 2026 contrasta con los casi 1.6 millones actuales. La deuda pública, añadió, ha aumentado y se proyecta en 52.4% del PIB. También comparó las proyecciones de la Secretaría de Hacienda y el sector privado para 2026, mostrando que este último prevé menor crecimiento (1.3% vs. 1.8-2.8%), mayor inflación (3.7% vs. 3%) y un tipo de cambio más alto (20 vs. 19 pesos por dólar). El diputado Suárez describió el paquete económico como optimista en ingresos y rígido en gastos, con un 75% del gasto comprometido en pensiones, deuda y transferencias, y el 25% discrecional destinado a subsidios energéticos, nómina y gasto militar, incluyendo recursos para Mexicana de Aviación.
Jiménez Olmo se refirió a la “ley de la cobijita” para describir el presupuesto de aproximadamente 113 billones de pesos, indicando que una gran parte se destina al pago de deuda, sueldos, salarios, pensiones y transferencias. Mencionó que el crecimiento del 3% en transferencias federales a estados y municipios representa una disminución real del 10% debido a la inflación de 2025, lo que impactará servicios básicos. Cuestionó la postura del gobierno de no aumentar impuestos mientras eleva significativamente el IEPS (Impuesto Especial sobre Producción y Servicios) en bebidas azucaradas, tabaco y ahora videojuegos con contenido violento, supuestamente para la Secretaría de Salud.
El diputado Suárez expresó su convicción de que la propuesta del IEPS es fundamentalmente recaudatoria, a pesar de ser presentada como una iniciativa de salud. Resaltó un incremento de casi el 100% en la recaudación del IEPS para bebidas azucaradas, y la inclusión de bebidas con edulcorantes no calóricos, promovidas por organizaciones de salud internacional. Afirmó que el paquete económico no etiqueta específicamente estos fondos para salud, lo que genera un margen de discrecionalidad. Señaló que el gobierno no ha invertido en salud de manera significativa, con un crecimiento de solo el 5% en este rubro, y que programas específicos para combatir la obesidad o la diabetes se están fusionando, implicando un recorte en su atención. Concluyó que se trata de una medida recaudatoria enfocada en los refrescos, lo que considera más atractivo para dicho fin.
Jiménez Olmo agregó que el creciente gasto social (cerca del 3% del PIB, con 700 mil millones de pesos para la Secretaría del Bienestar) implica una reducción de fondos para otras dependencias. Citó a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, que tiene el gasto más bajo en 25 años para la conservación carretera, lo que sugiere un abandono de la inversión productiva en favor del gasto social. También mencionó la asignación de 260 mil millones de pesos a Pemex para sanear sus deudas e improductividad.
El diputado Suárez reiteró que el dinero del paquete está destinado a Pemex y a las “obras faraónicas”. Volviendo al IEPS de bebidas azucaradas, argumentó que afectará principalmente a las personas de menores ingresos, quienes tienen un mayor consumo. Cuestionó si este es el mejor mecanismo cuando el Estado mexicano no invierte en salud, sugiriendo que evidencia la falta de dinero. Señaló que solo el 3% del presupuesto se destina a lo que más interesa a la gente, como agua, bacheo y carreteras, y destacó una disminución del 17% en el presupuesto de seguridad. Consideró que el paquete económico no es consistente con las principales preocupaciones de la gente, más allá de las promesas electorales.
Jiménez Olmo preguntó si, como diputado de oposición, el diputado Suárez había encontrado eco en el partido de gobierno (Morena) respecto a sus comentarios sobre el presupuesto.
El diputado Suárez respondió que, previo a los mecanismos oficiales de discusión, ha escuchado preocupaciones en algunas personas de Morena sobre los indicadores de consumo, crecimiento económico y empleo. Expresó la intención de buscar que estas inquietudes sean transmitidas al gobierno federal, ya que “la realidad nos va a alcanzar”. Pronosticó que el gobierno tendrá dos opciones en el futuro: una reforma fiscal integral para cubrir la falta de dinero para las demandas sociales o recurrir a más deuda. Subrayó el nivel “escandaloso” de endeudamiento, que se ha duplicado en pocos años. Informó que, mientras en 2018 cada mexicano adeudaba 70 mil pesos al Estado, para 2026 esta cifra ascenderá a 115 mil pesos. Cuestionó si el dinero se está invirtiendo de manera productiva y eficiente, y aunque el PRI siempre ha apoyado programas sociales para combatir carencias, enfatizó que no pueden existir si el país no es productivo, algo que, según los indicadores actuales, no está ocurriendo.