Del toro al tiburón: Gerardo del Villar y la valentía como propósito

Desde su infancia en un rancho hasta sus inmersiones con tiburones y orcas, Gerardo del Villar ha construido una vida guiada por la fascinación hacia los animales temidos por la mayoría.

Compartir:
Publicado por: Redacción adn40

Gerardo del Villar afirma que su pasión por los animales considerados peligrosos comienza en la infancia, cuando vive en un rancho y mantiene contacto constante con animales grandes. Disfruta de esa cercanía porque lo hace sentirse bien. Su primer encuentro significativo es con un toro de lidia, ya que durante diez años participó como forcado, enfrentando al toro sin capa ni espada, y en una ocasión estuvo a punto de perder la vida.

Explica que su interés por el mar y los tiburones surge de una fotografía de su madre, quien murió cuando él tenía un año. En la imagen, ella aparece buceando con su padre, y esa escena, acompañada de relatos sobre sus inmersiones, despierta en él una profunda admiración.

Sobre la percepción de los tiburones, critica el impacto negativo de la película *Tiburón* de Steven Spielberg, la cual considera responsable de generar miedo injustificado hacia estos animales.

Después de años de fotografiar tiburones y producir documentales, Del Villar decidió reinventarse al documentar orcas en Noruega. Explica que las orcas, aunque comúnmente percibidas como ballenas, son en realidad delfines.

Admite que siempre siente miedo, pero lo reconoce como un mecanismo que le permite evitar accidentes. Reflexiona sobre este sentimiento en su libro “Los tiburones también tienen miedo”, donde sostiene que el miedo debe entenderse y trabajarse, especialmente cuando el propósito es mayor. Señala que esta lógica también se aplica a deportistas y profesionales, quienes logran avanzar cuando el objetivo pesa más que el miedo.

Sostiene que reconocer los miedos, no negarlos, y entender el propósito detrás de ellos, permite avanzar con valor. Concluye que, así como los tiburones cumplen su función en el equilibrio marino, los humanos también pueden enfrentar sus temores cuando tienen claridad sobre su misión.