Economía en pausa: ¿Qué nos espera en el cierre de 2025 y en 2026?

El panorama económico para México en lo que resta de 2025 y el arranque de 2026 no parece ofrecer buenas noticias. De acuerdo con diversos analistas, el crecimiento será mínimo o incluso podría registrarse un ligero retroceso.

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Publicado por: Redacción adn40

El panorama económico para México en lo que resta de 2025 y el arranque de 2026 no parece ofrecer buenas noticias. De acuerdo con diversos analistas, el crecimiento será mínimo o incluso podría registrarse un ligero retroceso. Las principales variables que impulsan la actividad económica —inversión, consumo y generación de empleo— no han mostrado señales claras de recuperación en lo que va del año, lo que genera un escenario de incertidumbre para empresas, trabajadores y consumidores.

Si bien tradicionalmente el último trimestre suele mostrar un repunte gracias a los aguinaldos, el gasto navideño y una mayor movilidad comercial, los expertos advierten que este impulso podría no ser suficiente para revertir la tendencia actual. La inflación, aunque ha cedido en comparación con meses anteriores, podría comportarse de manera más rígida en los próximos meses, afectando el poder adquisitivo de las familias y la planeación financiera de las empresas.

Para 2026, las proyecciones tampoco son del todo alentadoras. Aunque algunos estiman que podría haber una leve mejora respecto a 2025, la incertidumbre global y las tensiones comerciales continúan marcando el rumbo. Factores externos como el regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos y sus anuncios sobre nuevos aranceles han encendido las alertas entre inversionistas. A esto se suma la renegociación del T-MEC, que genera dudas sobre las reglas del juego en sectores clave para la economía mexicana.

Los riesgos no son menores: un cambio en las reglas comerciales o fiscales podría frenar las inversiones, lo que impactaría directamente en la generación de empleos, el consumo interno y, por ende, en el crecimiento económico. Ante este escenario, la política interna también juega un papel determinante. Las decisiones que se tomen en materia de gasto público, disciplina fiscal y estímulos a la inversión podrían marcar la diferencia entre un año de estancamiento y uno de ligera recuperación.

En síntesis, México enfrenta el cierre de 2025 con un entorno complejo y un horizonte 2026 lleno de retos. La pregunta que queda en el aire es: ¿serán capaces las autoridades y el sector privado de crear condiciones para revertir esta tendencia, o se consolidará un periodo prolongado de bajo crecimiento? Lo cierto es que la economía nacional tendrá que sortear obstáculos internos y externos en un contexto global altamente volátil.