Embalsamar, un oficio con “encanto”
Aunque la ley no obliga a embalsamar cuerpos, esta es una decisión de los familiares para conservar mejor a sus seres queridos.
El embalsamador es la persona que se encarga del proceso de desinfección, preservación, aseo y presentación de un cadáver, por medio del cual se retrasa la descomposición y disminuye el impacto psicológico negativo en los dolientes.
Aunque es una palabra que hemos escuchado, pocas personas tienen una idea exacta de lo que representa, ya que es por medio de una inyección vascular y el tratamiento de las cavidades con soluciones químicas solubles, que se eliminan los microrganismos que producen enfermedades, con lo cual el cuerpo humano queda íntegramente tratado sin que sean extraídos los órganos.
Esto debido a que se tiene la creencia popular de que el embalsamador retira todos los órganos internos de un cadáver como lo haría un taxidermista y este concepto es erróneo.
Actualmente en México no existe una profesionalización o carrera para ejercer este oficio. La Ley General de Salud establece como obligatoria esta práctica cuando el cuerpo se vaya a sepultar después de 24 horas del fallecimiento o sea trasladado a otra entidad.
De no cumplirse con estas normas se puede negar la velación del cuerpo o inclusive hasta sugerir la cremación inmediata.
El costo promedio para embalsamar a un muerto oscila entre los 3 y 5 mil pesos y regularmente se incluye en el valor total de los servicios funerarios.
lmo