República MX: Día de Muertos, simbolismo prehispánico y el motor económico

El Día de Muertos, una tradición que hunde sus raíces en el culto prehispánico a la muerte y se consolidó en el siglo XX como símbolo de identidad nacional.

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Publicado por: Sergio Valladares

El Día de Muertos es mucho más que una conmemoración; es la manifestación viva de la identidad mexicana, un sincretismo cultural que ha trascendido los siglos para convertirse en Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.

Este ritual de reencuentro, donde la muerte es vista como una presencia viva y un símbolo de la continuidad, tiene sus raíces en las culturas prehispánicas que veneraban a sus muertos y se fusionaron con las festividades católicas de Todos los Santos y Fieles Difuntos.

La adopción de esta celebración por los mexicanos a lo largo de los años la ha dotado de un simbolismo tan profundo que hoy es un símbolo clave de la nación. Pero esta tradición colorida también es un poderoso motor económico, impulsando el consumo interno, el turismo, y la producción agrícola, especialmente en el centro del país.

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Origen y adopción

El origen del Día de Muertos se remonta a la época prehispánica, donde culturas como la mexica ya realizaban rituales de ofrenda a sus difuntos con el fin de guiar su recorrido al Mictlán y celebrar el final del ciclo agrícola del maíz. Con la llegada de los españoles, estos rituales se fusionaron con las celebraciones católicas de Todos los Santos (1 de noviembre) y Fieles Difuntos (2 de noviembre), dando lugar al complejo y emotivo altar moderno.

A lo largo del siglo XX, esta festividad se consolidó como un símbolo inconfundible de la mexicanidad, diferenciándose de otras celebraciones foráneas. Los mexicanos han adoptado la muerte con una peculiar burla y respeto, viéndola no como una ausencia definitiva, sino como un retorno transitorio que se materializa en la ofrenda. Esta visión única del ciclo vida-muerte es la razón de su gran trascendencia popular y su reconocimiento global.

Altar de Día de Muertos

El montaje de los altares de muertos , el ritual central de la conmemoración, es lo que impulsa un fuerte dinamismo económico en el país. Se estima que el gasto promedio por familia para montar la ofrenda, que incluye elementos como el pan de muerto, las calaveritas de azúcar, el mole y el tequila, representa una inyección directa al comercio local.

Sin embargo, el elemento más emblemático y vital para la ofrenda es la flor de cempasúchil . Esta flor endémica, con sus intensas tonalidades amarillas y naranjas, era asociada por los mexicas con el sol y cumple la función mística de iluminar y guiar con su fuerte aroma el camino de los difuntos desde el inframundo hasta el altar. En términos de producción, el estado de Puebla se posiciona como el líder nacional, concentrando hasta el 72% de la producción de esta flor ornamental, lo que demuestra la profunda conexión entre una tradición ancestral y la economía regional.

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