¿Impuesto a las remesas? La banca responde con una propuesta digital
¿Gravar las remesas? Para Emilio Romano, presidente de la Asociación de Bancos de México, esa no es la solución. En lugar de castigar el dinero que millones de mexicanos envían a sus familias, propone fortalecer la banca digital y la inclusión financiera.
Emilio Romano, presidente de la Asociación de Bancos de México (ABM), expuso recientemente la postura del sector bancario mexicano respecto a la posibilidad de aplicar un gravamen a las remesas. Según Romano, las remesas representan movimientos de dinero entre personas sin que exista una transacción comercial propiamente dicha, lo cual las convierte en operaciones complejas de gravar desde el punto de vista jurídico y fiscal.
Desde la perspectiva de la ABM, uno de los principales retos que enfrenta el país es transitar hacia una economía digital. Esta transformación permitiría reducir significativamente los costos de transacción y ampliar el acceso a servicios financieros para todos los sectores de la población, lo que fortalecería la inclusión financiera y la eficiencia del sistema bancario.
Romano señaló que, más que imponer cargas fiscales a los recursos que los mexicanos en el extranjero envían a sus familias, se deben buscar soluciones estructurales que fortalezcan la conexión financiera entre México y sus principales socios comerciales. Una mayor integración bancaria permitiría facilitar el flujo de capital y consolidar un sistema económico más robusto.
Como alternativa inmediata al gravamen de remesas, la ABM propone facilitar el acceso de los mexicanos que viven en Estados Unidos a servicios bancarios digitales. Esto significaría ofrecerles herramientas modernas y eficientes para gestionar sus recursos desde el exterior, fomentando la formalidad financiera y la seguridad en el envío de dinero.
Esta estrategia no solo busca beneficiar a quienes envían las remesas, sino también potenciar el impacto positivo de estos recursos en la economía nacional. La digitalización del sistema financiero podría convertir estos flujos en una palanca de desarrollo más efectiva, al canalizarse de forma más transparente y productiva.
Asimismo, Romano subrayó la importancia de entender las remesas no como simples transferencias individuales, sino como un fenómeno financiero de gran escala que requiere políticas públicas inteligentes y sostenibles. En lugar de verlas como una fuente de recaudación, deberían tratarse como una oportunidad para fortalecer el sistema bancario y fomentar la innovación tecnológica.
Finalmente, la postura de la ABM se centra en construir un sistema financiero incluyente, moderno y competitivo. A través de incentivos adecuados, tecnología y cooperación internacional, se puede transformar la manera en que se integran las remesas a la economía nacional, sin recurrir a medidas que puedan desincentivar su flujo o generar efectos negativos para millones de familias mexicanas.