Un patrón de sueño irregular aumenta el riesgo de demencia

No dormir bien podría afectar a tu salud mental, según un nuevo estudio que encontró una relación entre la irregularidad del sueño y el riesgo de demencia.

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El sueño es una función vital que nos permite recuperar energía, regular el metabolismo, fortalecer el sistema inmunológico y consolidar la memoria. Sin embargo, muchas personas tienen dificultades para dormir bien, ya sea por problemas de insomnio, apnea del sueño, estrés o hábitos poco saludables. Estos factores pueden alterar el ritmo circadiano, que es el reloj biológico que regula los ciclos de sueño y vigilia.

Según un nuevo estudio publicado en la revista Neurology, las personas con patrones de sueño irregulares podrían tener un mayor riesgo de demencia que las que tienen patrones de sueño regulares. La regularidad del sueño consiste en acostarse y levantarse a la misma hora cada día. Para medirlo, 88 mil 094 personas llevaron un dispositivo en la muñeca que midió su ciclo de sueño durante siete días. La edad media de los participantes era de 62 años.

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Los investigadores utilizaron los datos del dispositivo de muñeca para calcular la regularidad del sueño y la probabilidad de que una persona se encontrara en el mismo estado de sueño (dormido o despierto) en dos momentos cualesquiera, con 24 horas de diferencia.

Hicieron una media de estos datos a lo largo de siete días. Se puntuó a los participantes en función de la regularidad del sueño utilizando una escala de 0 a 100. Por ejemplo, los que se dormían y se despertaban exactamente a la misma hora cada día recibían una puntuación de 100. Por el contrario, los que se dormían y se despertaban a horas diferentes cada día recibían una puntuación de cero. Las personas situadas en el 5% más bajo obtuvieron una puntuación media de 41 puntos. Los del 5% más alto obtuvieron una puntuación media de 71 puntos. La media general fue de 60.

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Durante un periodo medio de seguimiento de siete años, 480 participantes desarrollaron demencia. Los investigadores informaron de que las personas con patrones de sueño irregulares tenían un 53% más de probabilidades de desarrollar demencia que aquellas con puntuaciones medias. Tener el patrón de sueño más regular no disminuía el riesgo de demencia en comparación con el grupo del medio.

Los autores del estudio señalaron que la irregularidad del sueño podría ser un marcador temprano de deterioro cognitivo o un factor causal que contribuye al desarrollo de la demencia. Sin embargo, también advirtieron que se trata de un estudio observacional que no puede establecer una relación causal directa entre ambos fenómenos. Además, reconocieron algunas limitaciones como la falta de información sobre la calidad y la cantidad del sueño, el uso de medicamentos para dormir o la presencia de otros trastornos del sueño.

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- Establecer una rutina fija para acostarse y levantarse, incluso los fines de semana.
- Evitar las siestas durante el día, especialmente si son largas o tardías.
- Evitar el consumo de cafeína, alcohol, nicotina u otras sustancias estimulantes antes de dormir.
- Evitar el uso de dispositivos electrónicos con luz azul (como móviles, ordenadores o televisores) al menos una hora antes de ir a la cama.
- Crear un ambiente cómodo, oscuro, silencioso y fresco en el dormitorio.

- Practicar alguna actividad física moderada durante el día, pero no cerca de la hora de dormir.
- Realizar alguna técnica de relajación (como respiración profunda, meditación o yoga) antes de acostarse.
- Consultar con un médico si se sospecha que se tiene algún trastorno del sueño o si se tiene dificultad para conciliar o mantener el sueño.

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