Así te protege tu cerebro mientras duermes

Científicos demostraron que el cerebro se mantiene alerta mientras dormimos, tal como sucede con las aves y su sueño unihemisférico.

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Escrito por: Redacción adn40
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Foto: xiangying_xu/Pixabay

Dormir no solo es uno de los mayores placeres, sino también es indispensable para la vida, pero ¿has notado que los patos duermen con un ojo abierto y otro cerrado? Al igual que otras aves, los patos duermen con la mitad del cerebro despierto y la otra dormida. A esto se le conoce como “sueño unihemisférico” y les permite controlar su entorno para no ser devorados por depredadores mientras reposan.

Aunque nosotros no somos aves, avances científicos han demostrado que el cerebro también se mantiene alerta mientras dormimos. Aunque nuestros ojos se mantengan cerrados, el cerebro se concentra en la audición.

Parece sencillo, pero no lo es debido que el cerebro durmiente debe encontrar un equilibrio y para ello suprime los sonidos inofensivos, por ejemplo, el de las gotas de lluvia cayendo sobre el techo. Sin embargo, se mantiene atento por si se presenta un ruido potencialmente peligroso.

De acuerdo con un estudio, publicado en la revista Journal of Neuroscience, el cerebro discrimina entre sonidos seguros y dañinos reaccionando de manera diferente si escucha voces familiares o si oye voces desconocidas.

Investigadores de la Universidad de Salzburgo (Austria) reclutaron a 17 voluntarios que pernoctaron en un laboratorio del sueño . Mientras dormían, se registró su actividad cerebral a través de electroencefalografía (EEG).

Durante la noche, los investigadores reprodujeron diversos audios de voluntarios dormidos lo suficientemente bajos como para no despertarlos. Una de las grabaciones les leía nombres en voz alta, incluido el nombre del voluntario. En ocasiones, la voz era una persona familiar para ellos, como su padre o pareja, y otras veces era una voz desconocida.

Los investigadores buscaron diferencias en la respuestas del cerebro a las diferentes voces, tanto familiares como desconocidas. Identificaron dos respuestas que variaron según el reconocimiento de la voz: complejos K y microexcitaciones.

Complejos K son ondas agudas que se ven en el EEG del sueño y duran cerca de medio segundo. El cerebro los genera de forma espontánea, pero la mayoría de las veces ocurren tras una perturbación externa, como que alguien te toque mientras duermes. Se cree que protegen el sueño y evitan que se despierte si la perturbación es inofensiva.

Los investigadores hallaron que las voces desconocidas provocaron más complejos K que las voces familiares. Los mismos sugieren que es más probable que los sonidos que tiendan a ser más amenazantes despierten a la persona que duerme, por lo que el cerebro tiene que trabajar más para poder suprimirlos.

Algo curioso es, que en los complejos K la diferencia entre voces familiares y desconocidas desapareció en la segunda mitad de la noche. Lo que demostraría que el cerebro aprendió que la voz desconocida era segura.

Las voces desconocidas también desencadenaron más microexcitaciones que las voces familiares. Los microdespertares son una parte normal del sueño y aparecen en el EEG como una pequeña combinación de actividad cerebral similar a la de la vigila y el sueño.

Al igual que los complejos K, las microexcitaciones pueden ocurrir de forma espontánea o después de una perturbación externa. Pueden durar varios segundos; sin embargo, no provocan que la persona se despierte.

La función de estas no ha sido entendida del todo. Estudios previos han señalado que pueden desempeñar un papel en el procesamiento de la información del medioambiente para determinar si podría ser dañino o no.

¿Cómo entender dicha investigación sobre el sueño?

Este estudio agrega evidencia a las teorías existentes sobre cómo el cerebro humano nos protege del peligro mientras la persona duerme. Los científicos proponen que el cerebro entra en un “modo de procesamiento centinela” o un “modo de espera”, lo que hace que el cerebro monitoree los eventos del entorno cuando la conciencia se desvanece conforme entramos en un sueño profundo.

Esto permite que el cerebro pueda discernir entre la información relevante y peligrosa, protegiéndonos o despertándonos. Los resultados señalan que la identidad de un hablante es un indicio que apunta al peligro: hablantes familiares son seguros, mientras que los desconocidos podrían representar una amenaza.

El mismo estudio revela que no es fácil demostrar que el aumento de complejos K y microexcitaciones en respuesta a voces desconocidas generan un juicio del cerebro ante un posible riesgo.

Esto explica las dificultades que en ocasiones se tienen para dormir en un entorno nuevo, ya que al igual que el pato con su ojo abierto, el cerebro dormido de la persona se encuentra acostumbrándose a su nuevo entorno, disparando más complejos K y microexcitaciones.

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