Comer fresas a cierta edad podría evitar el deterioro cognitivo y la depresión, dice estudio

Comer fresas en la mediana edad podría evitar el deterioro cognitivo y la depresión, según un estudio. Un grupo de expertos encontró que los adultos de mediana edad con sobrepeso y resistencia a la insulina que consumieron fresas durante 12 semanas experimentaron una mejora en su memoria y su estado de ánimo.

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Las fresas son unas frutas deliciosas y nutritivas que contienen antocianinas, unos compuestos que les dan su color rojo y que tienen propiedades antioxidantes y antiinflamatorias. Estas antocianinas podrían ser las responsables de los beneficios cognitivos y emocionales de las fresas, según los autores del estudio.

Anteriormente se había investigado los efectos de las antocianinas en el cerebro con los arándanos, otra fruta rica en este compuesto. En estudios anteriores, había observado que las personas que consumían arándanos mejoraban su función ejecutiva, es decir, su capacidad para planificar, organizar y resolver problemas.

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En el estudio actual, publicado en la revista Nutrients , el equipo conformado por el Dr. Robert Krikorian y Marcelle D. Shidler del Departamento de Psiquiatría y Neurociencia del Comportamiento, Centro Académico de Salud de la Universidad de Cincinnati, y Suzanne S. Summer del Centro Médico del Hospital Infantil de Cincinnati, quisieron ver si las fresas tenían un efecto similar o incluso mejor que los arándanos. Para ello, reclutaron a 30 adultos de mediana edad con sobrepeso y resistencia a la insulina, una condición que aumenta el riesgo de diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares. Estas personas también tienen más probabilidades de sufrir deterioro cognitivo y depresión.

Los participantes se dividieron en dos grupos, uno que consumió fresas en polvo durante 12 semanas y otro que recibió un placebo con el mismo aspecto y sabor que las fresas, pero sin antocianinas. Los investigadores evaluaron la salud neurocognitiva y el estado de ánimo de los individuos antes y después del ensayo. El grupo que consumió fresas recibió un paquete diario de polvo preparado a partir de fresas enteras desecadas, liofilizadas y molidas. Cada paquete contenía el equivalente a una taza de fresas frescas enteras, la ración estándar recomendada por la Comisión de la Fresa de California, que financió el estudio.

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Los resultados fueron sorprendentes, pues el grupo que consumió fresas cometió menos errores de intrusión y mostró menos síntomas de depresión que el grupo placebo. Los errores de intrusión son aquellos en los que se repiten o se recuerdan palabras que no estaban incluidas en una tarea de aprendizaje. Estos errores indican una menor capacidad para filtrar información irrelevante y una mayor interferencia en la memoria. Por otro lado, la depresión es un trastorno del estado de ánimo que afecta negativamente a la calidad de vida y al rendimiento cognitivo.

Estos hallazgos sugieren que las fresas podrían tener un efecto protector sobre el cerebro al reducir el estrés oxidativo y la inflamación, dos factores que contribuyen al envejecimiento cerebral y al deterioro cognitivo. Además, las fresas podrían mejorar el estado de ánimo al aumentar los niveles de serotonina, un neurotransmisor relacionado con el bienestar y la felicidad.

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El estudio tiene algunas limitaciones, como el pequeño tamaño de la muestra, la falta de diversidad étnica y la duración corta del ensayo. Sin embargo, abre la puerta a futuras investigaciones sobre los beneficios de las fresas para la salud cerebral y mental.

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