Debanhi y la invisibilidad del resto de las mujeres

“Mi hija está muerta y no sé qué hacer, no sé qué hacer” Miedo, rabia, impotencia y hasta culpa es lo que ha sentido Mario Escobar padre de Debanhi.

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Escrito por: Romina Ramos
En simetría. Romina Ramos
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“Mi hija está muerta y no sé qué hacer, no sé qué hacer” Miedo, rabia, impotencia y hasta culpa es lo que ha sentido Mario Escobar padre de Debanhi. Lamentablemente una mujer más que se convirtió en parte de la estadística de feminicidios en México. Dónde a diario nos matan a 10 mujeres, donde a diario desaparecen casi 15, según datos del Registro de Personas Desaparecidas y no Localizadas de la Secretaría de Gobernación (SEGOB).

El caso de Debanhi acaparó las redes sociales y medios de comunicación, esa última foto en la que se le vio con vida muestra lo vulnerables que somos las mujeres. Sola, a la mitad de un camino, a la mitad de la nada.

Ojalá no sea ella

Al enterarnos que se había encontrado el cuerpo de una mujer en la cisterna, en redes leíamos mensajes cómo “ojalá no sea ella” pero ojalá no fuera nadie. Desde que inició la búsqueda se encontraron los cuerpos de varias mujeres en Nuevo León. Semanas antes era María Fernanda, días antes Victoria Guadalupe, esta niña de 6 años que salió a la papelería en Querétaro y nunca regresó. Pero estos casos a los que les hemos puesto el rostro de la desaparición y los feminicidios (el asesinato de una mujer por el hecho de serlo) son solo la punta del iceberg. La violencia de género es mucho más profunda y empieza con chistes machistas, compartir imágenes sin consentimiento, violencia psicológica, hasta llegar a los golpes y abuso sexual. Es un espiral en el que parece que estamos sumergidos como sociedad.

Por eso las mujeres salimos a las calles, gritamos, tenemos grupos de apoyo, pero hay a quiénes se les arrebata el derecho a vivir, por eso la importancia de los refugios para mujeres, de modificar las políticas públicas y de visibilizar esta problemática. Es necesario un trabajo en conjunto entre sociedad civil, autoridades y gobierno. Es urgente hacer valer los derechos humanos y los protocolos con perspectiva de género.

El tejido social está roto y tenemos que trabajar, volver a aprender y reconstruirnos. Nos enojamos cuándo escuchamos a hombres hablar del tema, no son solo ellos, también nosotras somos parte del problema, y no los justifico, hablo de un sistema fallido. Hoy me quiebro en el pase de lista en las marchas y abrazo a mis hermanas que cómo yo exigimos justicia, queremos y merecemos una vida libre de miedo, porque sabemos que somos la voz de las que ya no están. Hoy escribo este texto porque estoy viva y no sé hasta cuándo...

En Simetría por Romina Ramos
@RominaRamosC

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