Síndrome de fatiga crónica puede confundirse con depresión, ansiedad y angustia

Es más frecuente en mujeres, con una proporción de dos por cada hombre.

Actualizado el 09 julio 2020 11:42hrs 1 minutos de lectura.
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Escrito por: Redacción adn40
Invierno en la CDMX
MARCO GONZÁLEZ/NOTIMEX

La fatiga física y mental, también denominado encefalomielitis miálgica, es en extremo incapacitante y puede confundirse con las afecciones del siglo: depresión, ansiedad y angustia.

Los síntomas son dolor de cabeza, articulaciones, músculos y garganta; ganglios linfáticos inflamados y sensibles al tacto; pérdida de concentración y sueño no refrescante ni reparador, afirmó Óscar Prospero García, académico de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM.

En Latinoamérica entre dos y tres por ciento de la población de más de 40 años sufre síndrome de fatiga crónica (SFC); en Estados Unidos la cifra es de entre dos y tres millones, dijo.

Es más frecuente en mujeres, con una proporción de dos por cada hombre. Aparece alrededor de los 40 años, pero los adolescentes no están exentos, y en muchos pacientes va acompañado por una o más enfermedades.

El investigador del Departamento de Fisiología indicó que el SFC puede confundirse con artritis reumatoide, pues los afectados se quejan de dolor articular; con alguna infección que ocasione molestia en los músculos; o con cáncer, pues uno de sus síntomas es la inflamación de los ganglios linfáticos.

“Por lo regular, con el síndrome se inflaman los ganglios linfáticos cervicales, del tórax hacia arriba, por lo que hay dolor de garganta, como si hubiera una infección”.

También pueden presentarse síntomas parecidos a los de un mal cardiaco, como dolor en el pecho. De igual manera, debe descartarse el trastorno del sueño, una alteración neurológica que pudiera causar daño o fatiga; y trastorno motor, como el mal de Parkinson.

Cuando el síndrome de fatiga crónica es diagnosticado de manera correcta, el tratamiento es relativamente sencillo. Debe incluir terapia cognitivo-conductual, pues con ella se ayuda a la persona a percatarse cómo está viviendo su padecimiento.

También es recomendable un poco de ejercicio. Aunque se sufre fatiga y dolor muscular y articular, es importante alentarlos a caminar, pues junto con la terapia cognitivo-conductual, el ejercicio leve es determinante en su mejoría.

Con información de la UNAM

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