¡No es el espíritu santo! Las mujeres después del parto son más propensas a ver imágenes y rostros en objetos

Según un nuevo estudio, las mujeres que recién dieron a luz son más propensas a asociar formas y figuras en un objeto inanimado con rostros o caras humanoides.

3 minutos de lectura.
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Escrito por: César Heredia
Las madres son más propensas a ver rostros o figuras en objetos inanimados, según nuevo estudio
@thegato666

Ya sea en el teflón de un sartén, en un pan tostado, en cualquier otro objeto, o hasta en la misma superficie de la luna, los humanos encuentran y asocian formas o figuras por todos lados, pero las mujeres después del embarazo son expertas en ello, según una nueva investigación.

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De acuerdo con un nuevo estudio, las mujeres que recién dieron a luz tienen más probabilidades de asociar estas formas con cualquier figura, esto debido a los altos niveles de oxitocina en su organismo. Conocida usualmente como la “hormona del amor” o de la confianza, se trata de
una hormona y un neurotransmisor que se produce en el cerebro, específicamente en el hipotálamo. Tiene varias funciones importantes en el organismo, especialmente relacionadas con el amor, el afecto, el parto y la lactancia materna.

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¿Qué es la oxitocina?

La oxitocina se conoce como la hormona del amor porque favorece el vínculo entre las parejas, los padres y los hijos, y las personas en general. También ayuda a mejorar el humor, la interacción social, la sensibilidad y la percepción de las emociones. Además, reduce la ansiedad, el estrés y la agresividad.

Esta hormona tiene un papel fundamental en el parto y la lactancia materna. Estimula las contracciones uterinas durante el trabajo de parto y facilita la expulsión del bebé. También se libera cuando el bebé succiona el pecho de la madre, lo que provoca la salida de la leche y refuerza el lazo afectivo entre ambos.

“Estos datos, recogidos en Internet, sugieren que nuestra sensibilidad a los patrones faciales no es fija y puede cambiar a lo largo de la edad adulta”, describió el equipo.

Según la publicación realizada en la revista Biology Letters , investigadores de la Universidad australiana de Queensland y de la Universidad de Sunshine Coast describieron cómo es que las personas son propicias a ver rostros o caras en objetos inanimados, un fenómeno conocido como pareidolia facial, cambia a lo largo de la vida.

Investigaciones anteriores habían sugerido que, cuando se administra oxitocina a los seres humanos, aumenta su capacidad para reconocer ciertas emociones en los rostros. Por ello, el equipo averiguó si la hormona podía influir en la sensibilidad de los individuos para ver caras en objetos inanimados.

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Los científicos reclutaron a un grupo de mujeres a través de una plataforma y se les preguntó si estaban embarazadas o recién había dado a luz (periodo en el que aumento la oxitocina). Se les mostró 320 imágenes en orden aleatorio y se les pidió que las calificaran del 1 al 11 para determinar la facilidad con la que podían ver un rostro en esos objetos. 32 imágenes tenían rostros humanos y 256 eran de objetos inanimados que podrían parecer un rostro, los últimos 32 solo eran objetos sin patrones faciales.

84 de las mujeres estaban embarazadas, 79 habían dado a luz en el último año y 216 mujeres declararon no estar embarazadas ni haber tenido un bebé recientemente.

Los resultados revelaron que las mujeres que había tenido un bebé podían ver un rostro más fácilmente en las 256 imágenes con objetos que podrían parecer un rostro.

Los resultados apuntaron que la sensibilidad para percibir rostros no es estable en la edad adulta y que esto cambia al principio de la maternidad, posiblemente para aumentar el vínculo social, esto ligado al aumento de oxitocina. Sin embargo, los niveles de oxitocina no se midieron, por lo que es posible que también se deba a otros niveles como la ansiedad o el estrés.

Tampoco se profundizó en si la facilidad de las madres para detectar rostros en los objetos estaba relacionada con el parecido de los rostros a los de los bebés o con las expresiones que se consideraba que tenían, mientras que no se midieron los niveles de oxitocina, por lo que no está claro si la hormona estaba realmente implicada.

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