Construyó su casa con botellas y demoró casi 30 años en terminarla
El interior de la casa es un espectáculo multicolor, con las botellas permitiendo que la luz del sol brille a través de ellas y creando un ambiente encantador
Tito Ingenieri, un hombre de 40 años de Quilmes, Argentina, completó un proyecto extraordinario: construir su casa utilizando botellas . Esta asombrosa hazaña tomó casi tres décadas de dedicación y una visión innovadora para convertir un sueño en realidad.
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La odisea de Tito comenzó cuando se encontró en una situación desesperada. Después de una separación con su esposa y con su sueldo embargado, se quedó sin un lugar donde vivir. Sin embargo, tenía un terreno que había heredado de su padre, y esto le proporcionó una base sobre la cual construir su futuro. Sin dinero para comprar materiales de construcción convencionales, Tito decidió dar un giro inusual a su situación.
La pequeña vivienda en el terreno heredado estaba en un estado deplorable, pero esto no disuadió a Tito. Demolió la estructura deteriorada y se lanzó a la tarea de construir su hogar de una manera completamente inusual. En lugar de ladrillos y cemento, recurrió a botellas de vidrio. Inspirado por un artículo sobre un francés que había construido una casa con botellas, Tito decidió probar esta técnica única.
En una entrevista con TN , Tito explicó: “Cuando tienes una gran necesidad, lo primero que quieres es contar con un lugar donde dormir y cobijarte”. Con esta motivación, comenzó a recopilar botellas de todo tipo y tamaño para utilizarlas como material de construcción principal.
¿Cuánto tardó en realizar este proyecto?
El proyecto comenzó de manera modesta y avanzó lentamente. Tito trabajó durante 28 años en su casa hecha de botellas de vidrio y otros materiales reciclados . A lo largo de su trayecto, recibió la colaboración de amigos, autoridades municipales de ese momento y su compañera de vida, Irma, quienes se unieron a su causa y contribuyeron con más botellas y esfuerzo.
“Era como un vicio que tenía que terminar sí o sí", declaró Tito. Pasaba entre 4 y 12 horas diarias trabajando en su proyecto, incluso los fines de semana. Su vida se centró en esta tarea, sin importar las dificultades que enfrentara.
El resultado es una casa de tres pisos a la que Tito llama “El Faro”. Las paredes están hechas de cemento, arena y, sobre todo, 2,700,000 botellas de vidrio de colores diversos. El interior de la casa es un espectáculo multicolor, con las botellas permitiendo que la luz del sol brille a través de ellas. Como Ciudadano Ilustre de Quilmes desde hace más de 20 años, Tito espera inspirar a otros a considerar soluciones creativas y sostenibles en la construcción de viviendas.
Que la gente tome una pequeña conciencia y se dedique a reciclar cosas pero con calidad. Hay que cuidar lo que queda para que no se desintegre del todo
-enfatizó Tito
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