Una duda legítima: La violencia contra la prensa

Violencia contra la prensa: Cuando asesinan a un periodista, la sociedad es la que pierde. No es una metáfora, no es una hipótesis, es una realidad. Abro hilo.

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Escrito por: Luciana Wainer
Abro Hilo por Luciana Wainer opinión
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La duda es legítima: en un país donde matan mujeres, hombres, empleados de banco, médicas, dependientes, enfermeros, niños y niñas, políticos corruptos y honestos, personas que van a antros y otras que solo van del trabajo a la casa, porqué habríamos de preocuparnos, especialmente, por los periodistas. En un país donde la violencia es generalizada y sistemática no es del todo descabellado que la pregunta surja, honesta e intempestivamente, de la boca de las personas que salen a la calle todos los días sin saber si van a poder regresar.

Como suele suceder, ante una pregunta sencilla, deviene una respuesta compleja. Los datos ya los hemos escuchado antes, pero no está de más repetirlos: en 2022 se han asesinado a nueve comunicadores, el último fue Luis Enrique Ramírez, en Culiacán, Sinaloa, después de haber sido secuestrado por hombres armados en una pequeña tienda en la colonia Morelos. Luis Enrique es el último —hasta ahora— de una serie de asesinatos que ha tenido por objeto al gremio periodístico. Luis Enrique, además, ya lo había anticipado: en 2015 dio una entrevista a Noroeste donde aseguró que él era el siguiente. Y lo fue.

El asunto está en que a los y las periodistas la violencia no les llega de forma directa. Ante una aseveración que suena tan absurda, proceso a explicarme; a Luis Enrique, a Lourdes, a Margarito, a Armando y a los tantos otros no los asesinan por ser quiénes son; ni siquiera por estar en el lugar equivocado en el momento equivocado (como a tantas personas todos los días), a ellos los matan por la ineficiencia de las autoridades que ponen en papel, por el operar del crimen organizado que relatan ante sus micrófonos, por las tramas de corrupción que develan en pantalla. El verdadero objetivo de alguien que mata —o manda a matar— a un periodista no es él mismo, sino la información. Y eso nos implica a todos.

El periodismo puede ser entendido como un servicio, como una experiencia, como un contrapeso del poder. Lo único que es seguro es que con información la sociedad puede tomar mejores decisiones, puede llegar a saber lo que algunos quieren que permanezca en el secreto, puede conocer un poco más de lo que ocurre y las razones por las que ocurren las cosas en el país. Quienes mataron a Luis Enrique (y a Heber, y a Javier, y a Miroslava y…) no solo matan a una persona; con ese asesinato intentan controlar lo que tú, y yo y todos, sabemos. Las zonas de silencio, inevitablemente, van creciendo y con ellas nuestra libertad disminuye, se acota, se coarta.

Una última aclaración se vuelve necesaria: en 2020, 58.2% de las agresiones perpetradas contra periodistas provinieron, precisamente, de servidores públicos. La fuente de esta información es la misma autoridad .

Abro hilo...
Luciana Wainer
@lucianawainer

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