Personas sin hogar. Bitácora de Guerra por Hannia Novell

Bitácora de Guerra por Hannia Novell: Las personas en situación de calle reflejan los problemas de la vida como pobreza, discriminación, violencia y adicciones.

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Escrito por: Hannia Novell
Bitácora de Guerra. Hannia Novell
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Bitácora de Guerra por Hannia Novell: Las personas en situación de calle reflejan los problemas de la vida contemporánea: pobreza, discriminación, violencia, desintegración familiar y la adicción a las drogas y el alcohol.

Las razones por las que las personas viven en la calle son muy diversas: niños homosexuales que son expulsados de sus hogares; niñas embarazadas que son abandonadas a su suerte, y adolescentes maltratados que escapan de los golpes y abusos.

También deambulan sin rumbo personas con adicción a las drogas; adultos que se quedaron sin empleo y no pueden pagar la renta, o personas que estuvieron en prisión y no han logrado reincorporarse a la sociedad.

Así como personas de la tercera edad que después de trabajar por décadas y cuidar de sus familias, son sus propios hijos quienes los echan a la calle.

En todos los casos, los niños, adolescentes y adultos que viven en las calles están expuestos a las inclemencias del clima y a la crueldad humana; los abusos sexuales, el pandillerismo y el hambre.

No tienen documentos de identidad, por lo tanto, no están en condiciones de acceder al sistema de salud, la justicia, el empleo. Ni siquiera pueden votar.

Personas invisibles

Son casi invisibles, como si fueran parte del mobiliario urbano, sus almas recorren silenciosamente las grandes ciudades. La gente, cuando se anima a mirarlos, lo hace con desprecio y recelo. Los hombres son especialmente discriminados, bajo la mirada del prejuicio, son considerados vagos, locos, drogadictos.

Las mujeres ni los niños escapan a la discriminación. Son vistos como víctimas y, con frecuencia, son llamados “miserables”, “ignorantes”, “sin esperanza”. Las huellas que van dejando a su paso nadie las sigue, ni siquiera las instituciones.

La población callejera no aparece en las estadísticas de pobreza en México. El propio Coneval los mira con distancia; el organismo encargado de coordinar la evaluación de las políticas públicas y los programas de desarrollo social, así como de medir la pobreza, se basa en la información de las encuestas generadas por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

De hecho, el INEGI incluyó por primera vez a la población vulnerable que vive en la calle en el Censo de Población y Vivienda de 2020. Sí, apenas hace dos años. La información aún es escasa e insuficiente.

Lo datos oficiales señalan que la Ciudad de México registró mil 226 personas en situación de calle, la mayoría en las alcaldías Cuauhtémoc, Venustiano Carranza, Álvaro Obregón, Gustavo A. Madero e Iztapalapa.

Un reporte reciente que la alcaldía Iztapalapa envió al Congreso, al cual tuvo acceso esta columna, revela que en esa demarcación hay 131 personas en situación de calle y sólo 96 acuden a los albergues.

De las 131 personas, ocho son niñas y niños entre uno y 12 años; 19 adolescentes entre 13 y 17 años; 39 son adultos jóvenes de 18 a 35 años; 36 adultos de 36 a 59 años, y 21 adultos mayores de 60 años en adelante.

Más del 85 por ciento de los indigentes son hombres y sólo el 12 por ciento son mujeres. Independientemente del género, su tasa de mortalidad es altísima, debido a que está expuestos a robos, violencia, maltratos, abusos policiacos y explotación sexual.

Las personas en situación de calle no cuentan con recursos económicos para sobrevivir. Tampoco tienen oportunidades ni derechos humanos. Viven en calles, plazas, puentes, en lotes baldíos y coches abandonados.

Algunos acuden por las noches a los albergues o casas de asistencia. Son los descamisados, los invisibles.

¿Hasta cuándo?

Bitácora de Guerra por Hannia Novell.
@HanniaNovell

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