Sucedió durante abril del 2020, con la incipiente pandemia mundial. Ali Thompson escuchó llegar una perrita pitbull a su veterinaria, pero algo andaba mal con ella, muy mal.
“Esta perrita tiene tétanos”
Ali se estremeció, la perrita tenía todos los signos del virus del tétanos. La boca apretada con fuerza en la mandíbula, sus miembros totalmente entumecidos. La mirada de miedo y confusión en sus ojos era igualmente mala.
La toxina del tétanos se une a las neuronas inhibidoras, por lo que cualquier tipo de estimulación, incluso el sonido más pequeño o la fuente de luz, puede llevar al cuerpo a un episodio terrible parecido a una convulsión.
Ali, le comunicó la terrible noticia a sus dueños, telefónicamente. El tratamiento era largo y costoso, y aun así la perrita tenía entre 50 y un 70% de posibilidades de que no sobreviviese. Las palabras del dueño se clavaron como un puñal en el corazón de Ali: “tendrás que dormirla”.
“Escuché las palabras a través del teléfono e hice todo lo posible por morderme el labio ... para no gritar en respuesta: “¡Pero por favor, inténtalo! ¡Por favor!, tu perrita aún tiene chaces de sobrevivir!”, cuenta Ali en su cuenta de Instagram.
“No puedes salvarlos a todos”
Ali Thompson desoyó la lección interna, que los veterinarios con vocación tarde o temprano deben aprender: “No puedes salvarlos a todos”, y decidió salvarla, a pesar del costo que conllevaría.
Le pusieron ‘Bunny’, y tanto Ali como su esposo Angel, decidieron darle otra oportunidad. Sus constantes convulsiones continuaron durante los siguientes 10 días, debían alimentarla con jeringas y ayudarla con numerosos medicamentos.
Los primeros días fueron los más difíciles, Ali incluso llegó a dudar de su decisión, pero no se dio por vencida. Continuó con los medicamentos intravenosos, los ejercicios de movimiento y la terapia de masajes.
Abajo del tétanos, había una perrita amorosa
Ali le compró a ‘Bunny’ un pañuelo rosa y un peluche, para ayudarla a recordar que a pesar de la parálisis, ella era una perrita juguetona y amorosa.
La primera señal de mejora llegó un día en que Ali se acercó a acariciarla y ella movió su cola. Poco a poco, ‘Bunny’ comenzó a mover la cabeza y el cuello.
“El día 18, se impulsó a sí misma hasta la posición de pie, cayendo rápidamente hacia atrás. El día 20 se puso de pie varias veces, todavía inconsistente y débil, pero, estaba intentando.” Escribió Ali.
Lentamente ‘Bunny’ comenzó a pararse, hasta que un día Angel la sacó al jardín y ella dio sus primeros pasos, su cuidadora estalló en lágrimas. El proceso había sido muy difícil para esta perrita pitbull, pero lo había logrado, venció el tétanos.
Ahora ‘Bunny’ es una perrita muy especial, una verdadera guerrera que estuvo a punto de ser sacrificada, pero que recibió una segunda oportunidad , y bien que la aprovechó.
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Gm