Denuncian tortura y tráfico de influencias en un prestigioso colegio
Unos besos desnudaron una red de corrupción entre el Colegio, un magistrado y un millonario.
Carlos Emiliano, alumno del Colegio Westhill de Santa Fe sostuvo un romance adolescente con una compañera de escuela, que había terminado con otro chico anteriormente; al llegar a oídos del director, el joven fue privado de su libertad por siete horas y lo obligaron a firmar un confesión presuntamente alterada.
La madre del menor reconoció que si bien el joven sostuvo dicha relación, ésta no era motivo para que lo privaran de su libertad y lo obligaran a firmar una confesión, sin comer y sin tomar agua, por instrucciones del director del Colegio.
Juan Martín Pérez, director de la Red por los Derechos Humanos consideró que este tipo de actos pueden considerarse como delitos de orden penal por privar de la libertad por siete horas y ejercer tortura psicológica, además de expulsarlo, de ahí que la escuela pude ser sancionada.
Los hechos ocurrieron hace ocho meses, dado que la familia ha interpuesto recursos ante la SEP e incluso la PGR, Conapred y Derechos Humanos por el cúmulo de irregularidades que se han acumulado y que van desde un certificado con calificaciones presuntamente alteradas, hasta agresiones con armas de fuego en la casa de los denunciantes.
