Leonora Carrington (1917–2011) fue una pintora, escultora y escritora surrealista nacida en Inglaterra y nacionalizada mexicana. Desde joven mostró interés por el arte y se rebeló contra la educación convencional que su familia le imponía. En 1942 llegó a México, donde desarrolló la mayor parte de su trayectoria artística y se convirtió en una figura fundamental del movimiento surrealista, destacándose por su estilo onírico, simbólico y profundamente personal.
Entre sus obras más importantes se encuentran El mundo mágico de los mayas, El regreso de Boadicea, La giganta y Autorretrato (La posada del caballo de la noche). Sus pinturas se caracterizan por la presencia de criaturas híbridas, paisajes fantásticos y símbolos de alquimia y mitología, además de una fuerte influencia de sus propias vivencias, su espíritu rebelde y su interés por lo esotérico y lo femenino. También incursionó en la escultura y la literatura, ampliando su legado artístico.
Carrington es importante porque renovó el arte surrealista desde una perspectiva única, defendió la libertad creativa y abrió camino a generaciones de mujeres en el arte. No se le conocen “acciones malas” de relevancia histórica; al contrario, su vida estuvo marcada por resistencias personales, creatividad y colaboración en la escena cultural mexicana. Hoy es considerada una de las artistas más influyentes del siglo XX por su originalidad y su aporte a la representación de lo fantástico y lo femenino en el arte.