¿Más vale una nalgada a tiempo, que un delincuente en la cárcel? Seguramente has escuchado en más de una ocasión este refrán, pero un estudio ha mencionado que los castigos físicos sí provocan daños en el cerebro de los niños y en su desarrollo general. Aquí te lo contamos.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) , señala que, en México el 52.8% de las niñas, niños y adolescentes de entre 1 y 14 años han sido víctimas de los métodos de disciplina violenta, es decir, han recibido manazos, nalgadas o cualquier otro tipo de golpe dentro de sus hogares.
Pero estos métodos de castigos físicos han sido alarmantes para especialistas del desarrollo de los niños, pues estudios han arrojado que pueden desencadenar una serie de problemas tanto físicos como sociales, por ejemplo, retrasos en el desarrollo, mayores probabilidades de presentar ansiedad o depresión, así como ser más propensos a problemas de adicciones a sustancias ilícitas o drogas.
Retrasos en el desarrollo
Un pequeño estudio publicado en Annals of Global Heath en el 2018 señaló que las nalgadas y golpes como castigos estaban estrechamente relacionados con retrasos en el desarrollo de los infantes. Afirmó que los niños que reciben azotes con regularidad tenían cinco veces más probabilidades de experimentar retrasos en el lenguaje.
Problemas en salud mental
En 2012 hubo otro estudio que enfatizó la relación de los castigos físicos con problemas en la salud mental, pues encontró que del 2 al 7% de los trastornos como depresión, ansiedad y paranoia en jóvenes y adultos se desarrollan luego de que sufrieron golpes durante su infancia.
Alcohol, drogas y suicidio
México contra el castigo físico
A finales del 2020, el Congreso Federal concretó una
serie de reformas
para prohibir el castigo corporal y humillante para todos los infantes y adolescentes. De esta forma, se pretende erradicar y desalentar cualquier tipo de comportamiento que promueva la violencia.
La noticia por todos los medios. ¡Descarga nuestra app !
MVA