Se cumple una semana desde que arrancaron las campañas electorales en el país. Campañas en las que se ha visto de todo: bailes, ataúdes, consejos de maternidad y un intento para aprovecharse de las exigencias de madres de personas desaparecidas.
El nivel de las campañas electorales ha dejado mucho que desear a cientos, si no es que a miles de ciudadanos que acudirán a las urnas el próximo 6 de junio.
Porque no solo han sido campañas ridículas, sino que además, hay candidatos que han sido detenidos, otros vinculados a proceso y unos más liberados ante la supuesta falta de pruebas. Casos como el de María Eugenia Campos en Chihuahua; o el de Raúl Cantú de la Garza, en Nuevo León; o Jesús Alberto Camacho en Veracruz.
La violencia sexual y los nexos con el narcotráfico no han sido la excepción en este proceso electoral. Por si fuera poco, la disputa entre los aspirantes de Morena, Félix Salgado Macedonio y Raúl Morón, contra el Instituto Nacional Electoral, ponen sobre la mesa una prueba durísima al INE para rectificar o revocar su decisión sobre las candidaturas de ambos aspirantes a las gubernaturas de Guerrero y Michoacán.