La Crisis del Agua. Bitácora de Guerra por Hannia Novell

Bitácora de Guerra por Hannia Novell: La sequía y los graves problemas de abastecimiento de agua no son una sorpresiva desgracia ni un castigo de Dios, tampoco una casualidad. El cambio climático ya nos alcanzó y México debe tomar decisiones estratégicas.

En la ciudad de Monterrey, en Nuevo León, se vive un calvario. Desde hace seis meses, la gente hace largas filas desde la madrugada para alcanzar a llenar apenas dos cubetas con agua; en la mayoría de los hogares no tienen agua para lavar la ropa o usar el baño; y las pipas y botellones de agua potable se comercializan a precio de oro.

Incluso, se han registrado episodios de violencia. Personas peleando a puño limpio para ocupar los primeros lugares en la hilera, formada en torno de las pipas de agua, son muestra de la preocupación y desesperante situación que sufren las madres y padres de familia para salir a flote de esta crisis.

Lo que ocurre en Monterrey puede repetirse en otras ciudades del país. Datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) y del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) muestran con toda claridad el tamaño del problema.

Más de 10 millones de mexicanos no cuentan con una red de agua potable, lo cual representa el incumplimiento del artículo 4º de la Constitución; al menos 35 millones de personas tampoco tienen redes de drenaje, lo cual provoca la contaminación de las aguas residuales; y de los dos mil 471 ayuntamientos que hay en México, sólo 20 tienen capacidad financiera para pagar el tratamiento de agua y el mantenimiento de las redes de distribución.

Reitero, sólo 20. Todos los demás, es decir, 2 mil 451 municipios, no cuentan con los recursos económicos para mantener las plantas en operación, ni siquiera para pagar el costo de la luz.

El Gobierno de México está obligado a invertir recursos para atender los rezagos existentes en la infraestructura hidráulica de todo el país. Este año, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) recibió un presupuesto de 33 mil millones de pesos. Los especialistas calculan que dicha inversión debe duplicarse y mantenerse, al menos, hasta 2029.

La población también tiene una serie de responsabilidades: tomar duchas de menos de cinco minutos; revisar periódicamente grifos, sanitarios y tuberías para reparar las fugas; y cerrar las llaves de lavabos y fregaderos mientras se lavan las manos, los dientes o enjabonan la ropa y los trastes.

No hay tiempo para encogerse de hombros. Para evitar que explote esa bomba de tiempo es urgente normalizar el uso responsable de los recursos naturales.

Bitácora de Guerra por Hannia Novell.
@HanniaNovell

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hcj