Hágase la voluntad de Humberto Zurita: Más cuentos de El Faraón, Gabriel Hernández
Más cuentos de El Faraón, Gabriel Hernández: Una anécdota con Humberto Zurita en el set de El Candidato, una telenovela de finales del año 1999.
Más cuentos de El Faraón por Gabriel Hernández: No podía vivirse un momento más candente, políticamente en nuestro país, como el que se vivía a finales de 1999 y principios del 2000, era el comienzo de una nueva era. El siglo XXI había llegado por fin, y todos nos disponíamos a comprobar todas aquellas teorías conspiracionistas, de que terminaría el mundo, que las computadoras colapsarían sin control o que simplemente habíamos llegado a nuestro límite.
También era un año en el que habría elecciones presidenciales, las primeras con una grandísima apertura mediática y con voces que anteriormente no se escuchaban en las campañas para conseguir el voto de la ciudadanía.
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— Gabriel Hernandez (@Faraon_Gabriel) November 7, 2022
El Candidato
En aquellos días, se transmitía en las pantallas de Azteca, la telenovela “El Candidato” protagonizada, dirigida y producida por Humberto Zurita y la casa productora que dirigía con su ahora difunta esposa, Christian Bach, ZUBA producciones. Lo que hacía sumamente interesante este melodrama era la inmediatez que la trama adquiría en relación con la información de las campañas de los candidatos reales ocurría. Casi en tiempo real, los personajes que tenían su símil en la vida real, hacían y reaccionaban de acuerdo a las noticias que se decían de ellos. En fin, una historia por demás interesante y novedosa para aquel tiempo en el que se seguía aprendiendo a hacer ese tipo de historias reactivas a la realidad de la sociedad.
Por la naturaleza del proyecto, se tenían que estar grabando escenas muy cercanas al aire, por lo general, las telenovelas tienen un espacio de tiempo, lo que se le llama “colchón” en el argot de la televisión para evitar las presiones y que se pueda trabajar con calma con actores, producciones y demás involucrados, pero en el caso de El Candidato todo tenía que ser casi al día.
En aquellos días, me encontraba cubriendo la locación de la novela junto al camarógrafo para hacer notas para un programa que se llamaba “Atando Cabos de Telenovela” que conducían Luisa Carrandi y Pedro Sola, en el que se buscaba encontrar principalmente, lo que no se veía en pantalla y como se hacían las escenas, además que hacíamos entrevistas a los personajes, que tenían vida gracias a los actores.
Nos encontrábamos en el set, que en ese momento era la oficina del personaje de Humberto Zurita, con quien se hicieron unas cuantas escenas y después se pasaría a otro set, donde se grabaría a un actor que interpretaría al conductor del noticiero que todos los personajes de la historia veía. Un personaje que no tenía nombre, pero que era importante por el hilo conductor de las noticias que pasaban en el dia y que se actualizaban como ya les contaba más arriba.
De pronto sucedió algo sorpresivo. Humberto Zurita en persona, me llamó y me dijo. “Fíjate que el actor que llamamos para este personaje, no va a llegar. ¿Lo puedes hacer tú? Me quedé con los ojos cuadrados, con toda la antigüedad que esa expresión puede representar. “Claro que puedo señor, solo dígame que tengo que decir” le dije con la emoción de ver esa inevitable película mental de quienes conocen en persona a la celebridad que vieron en las pantallas desde que se era un niño.
Me dijo que se trataba de un texto largo y que si quería me lo podía aprender o que me podían hacer por escrito el texto en un rota folios para que fuera más rápido. Yo le dije que prefería leer a memorizar. Así se hizo, ese día se hicieron 14 escenas distintas para diferentes días y no es por presumir, pero salieron a la primera toma. El señor Zurita siempre estuvo ahí, junto a la cámara para cualquier observación, que por suerte no fue necesaria. “Eres muy buen lector de noticias” me dijo con una sonrisa y con los ojos verdes mirándome fijamente.
Regresé a la oficina y la verdad es que la emoción me hizo olvidarme del pequeño detalle de avisar lo que había sucedido en la locación de El Candidato y unos días después salió al aire y hasta en Ventaneando salió la escena, con la sorpresa y un buen comentario de la señora Pati Chapoy y los conductores de aquellos días.
El que me regañó fue el que era en ese entonces el productor general del estudio de espectáculos. Sergio Pérezgrovas quien me llamó a su oficina y me hizo saber que había cometido una falta grave al no pedirle autorización para aparecer en las escenas de la telenovela. Le expliqué que había sido una emergencia para la producción y que no pensé que apoyarles se tomara de tan mala manera. “Que sea la última vez que apareces a cuadro sin pedir permiso” le dije que así sería y me retiré a seguir trabajando.
Unas horas después del regaño, me acordé que iba a aparecer otras trece veces y no le había dicho. Lo fui a buscar a su oficina y no estaba ahí, sentí mucha ansiedad, porque tenía que avisarle antes que otra escena saliera al aire. Le tuve que llamar a su celular, porque Sergio era uno de los que tenían celular. Le dije “ ¿Te acuerdas que me dijiste que no podía volver a salir? “Sí”, me contestó tajante. Es que me olvidé de decirte que grabamos otras trece escenas. Lo que me dijo el señor Pérezgrovas no se puede publicar en estas líneas, pero si debo compartirles que después de esa hubo muchos llamados más para hacer el personaje del noticiero de candidato y siempre tuve el permiso del señor productor, con mucho gusto de su parte.
Más Cuentos de El Faraón por Gabriel Hernández Miranda. “El Faraón Del Espectáculo”
@Faraon_Gabriel