El rey Felipe VI renunció a la herencia de su padre Juan Carlos, así como a cualquier activo, inversión o estructura financiera cuyo origen pueda no estar en consonancia con la legalidad o con criterios de rectitud, informó un comunicado de la Casa Real.
Informa además que el rey emérito dejará de percibir la asignación presupuestaria que le otorga anualmente en virtud de esa condición y que ha alcanzado en los últimos ejercicios los 194, 232 euros al año.
En el comunicado se señala que Felipe VI “quiere que sea conocido públicamente” su decisión de renunciar “a cualquier activo, inversión o estructura financiera cuyo origen, características o finalidad puedan no estar en consonancia con la legalidad o con los criterios de rectitud e integridad que rigen su actividad institucional y privada y que deben informar la actividad de la Corona”.
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