Angela Merkel expresó este viernes “profunda vergüenza” durante su primera visita como canciller al memorial del Holocausto Auschwitz-Birkenau, donde prometió luchar contra el creciente racismo y antisemitismo en Alemania y Europa.
Vestida de negro, Merkel dijo que los crímenes cometidos en el sitio en el sur de Polonia, el mayor campo de exterminio de los nazis, siempre serían parte de la historia alemana.
“Este lugar nos obliga a mantener viva la memoria. Debemos recordar los crímenes que se cometieron aquí", dijo Merkel en una ceremonia a la que asistió el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki. “Siento vergüenza por los crímenes barbáricos que los alemanes cometieron aquí".
Merkel presentó una donación de 60 millones de euros del gobierno federal de Alemania y sus 16 estados para ayudar a conservar el sitio donde murieron 1.1 millones de personas, la mayoría judíos.
Antes del discurso, Merkel y Morawiecki recorrieron el crematorio del campo, atravesaron la puerta de hierro del campamento con el lema “Arbeit macht frei” (El trabajo te libera) y visitaron los barracones.
Con información de Reuters
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