A 61 años de la muerte de Diego Rivera
Se ha calculado que sus obras superan los 30 mil metros cuadrados.
Diego Rivera, el destacado muralista mexicano que se preocupaba por su técnica en sus obras y también del recinto que la acogería, utilizaba cemento, pistolas de aire y diferentes materiales que remplazaban al óleo y que le permitieron trabajar al aire libre.
Diego Rivera nació en Guanajuato y por sus fervientes padres católicos fue bautizado como Diego María de la Concepción Juan Nepomuceno Estanislao de Rivera y Barrientos de Acosta y Rodríguez.
Recibió clases de Félix Parra, Santiago Rebull y José María Velasco y fue formado en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos en la Ciudad de México, en dónde había llegado con su familia a los seis años de edad. Durante 1907 y 1922, Diego Rivera estudió en varios países europeos, donde encontró interés por el arte.
Llevado por la convicción revolucionaria de México, Rivera regresó al país en 1922 y junto con Siqueiros se dedicó a estudiar la profundidad de las formas primitivas del arte azteca y la cultura Maya, que posteriormente influirían en sus obras.
Más tarde junto con más artistas mexicanos del momento entre ellos Siqueiros y Clemente Orozco fundó el sindicato de pintores de dónde surgiría el movimiento muralista mexicano.
La obra y el movimiento de Rivera alcanzó su madurez entre 1923 y 1928, cuando realizó los frescos de la Secretaría de Educación Pública en la Ciudad de México y los de la Escuela Nacional de Chapingo.
Aunque realizó muchos cuadros de caballete, pero su preocupación porque su arte llegara a las masas, haciéndose del muralismo y se ha calculado que sus obras superan los 30 mil metros cuadrados.
El 24 de noviembre de 1957 murió en su casa en Coyoacán y sus restos fueron colocados en la Rotonda de las personas ilustres, contraviniendo su última voluntad.
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