Después de casi 15 horas de trabajo de parto, Karla López recibió una advertencia de su partera, si no da a luz ahora, tendremos que llevarla de inmediato al hospital.
Aunque estaba agotada y maltratada por las contracciones, la mujer sabía que el hospital era el último lugar donde quería estar, por lo que idearon un plan
López y su esposo, Miguel Flores, ambos de 24 años, contrataron parteras que se especializan en brindar sus servicios a domicilio y compraron una piscina inflable.
La mujer no estaba preparada para lo doloroso que podría ser un parto natural. Durante el nacimiento de su primer hijo, Ángel, el personal del hospital le dio tantos medicamentos que apenas sentía su cuerpo, pero esta vez fue diferente.
Después de recibir la advertencia de su partera, López acomodó su dolorido cuerpo en el agua tibia de la bañera y se preparó para pujar.
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sga