Foto:Cinthya Stettin
Antes de perder el ojo por una bala perdida que perforó el techo de su casa, el pasatiempo favorito de Megan era leer, pero de acuerdo con su padre, ahora no sabe si podrá hacerlo de nuevo.
Pasó a segundo grado, segundo grado de primaria, su hobby era la lectura y no sé si lo va a seguir haciendo. Es inteligente y todo, pero le gustaba mucho leer, no sé por qué, de dónde sacó eso de leer, cualquier cosa, revistas, periódicos, lo que escribía me lo leía”, expresó Celestino Garrido.
El padre de la menor dijo que la bala atravesó el techo en la colonia El Manto en Iztapalapa y su hija despertó de inmediato gritando por el dolor.
“Nosotros estábamos durmiendo, no se oía ningún ruido cerca, nada más de repente se escuchó como una piedra en la lámina y se despierta mi hija gritando ya con su ojo todo sangrado”, agregó Garrido para Excélsior.
sga