Día de Muertos: Para los habitantes de Pómuch sus muertos no se han ido
En Pómuch la tradicón del Día Muertos es limpiar los huesos de sus difuntos y colocarles ropa limpia, para ellos los muertos no se han ido.
Venancio, habitante de la comunidad de Pómuch visita a su abuelo, no para velarlo, sino para limpiar sus huesos y cambiar su manto; se trata de una tradición única en México que se celebra las semanas previas al Día de Muertos.
Pómuch es un poblado maya del sureste de México, muchos contratan a Venancio de sepulturero, pero ni siquiera debe exhumar sus restos, porque están al descubierto.
VIDEO: Así es como en Pómuch se celebra el Día de Muertos
Como si fuera que esté vivo ese cuerpo, para que se sientan satisfechos tomando el aire, suspirando el aire que les ventila. Es una tristeza dejarlos en las tumbas mayores, porque dicen nuestros antepasados que ahí se están ahogando.
La limpieza de los huesos empezaron hace 150 años, los lugareños colgaban la osamenta en árboles para evitar que los animales los desenterrasen, y para estas fechas les quitaban el polvo.
María Luisa Euan, habitante de Pomuch, comenta que se trata de un tema de higiene, pues se les pone a los difuntos paños limpios. “Es como nosotros que nos cambiamos de ropa diario, pues nosotros cambiamos cada año a nuestros seres queridos”
Está acción se realiza en el cementerio donde se reúnen familias enteras para celebrar este culto como un momento para convivir con sus seres queridos.
Una tradicion que poco a poco se acaba
José Dzul, otro de los habitantes, habla con su madre mientras limpia sus huesos de abajo para arriba, como si estuviese de pie. Recuerda cuando de pequeño lo llamaba para comer y no olvida el sabor de sus tortillas.
También le cuenta que sus hijos ya no vendrán a limpiarlo y que la tradición tal vez muera con él. El desinterés de los jóvenes y el auge de ramas del cristianismo han mermado esta costumbre, según la alcaldesa Nardy Huitz, que ya no la práctica porque es evangélica.
Pero, lo que no desaparece es el atractivo turístico; en octubre, el camposanto recibe visitantes de todas partes de México y del exterior.
Venancio también se gana un dinero extra como guía, pero los momentos más íntimos se celebran en el hogar, donde ya ha colocado el altar para sus difuntos.
Antes los huesos se llevaban a casa para el 1 y 2 de noviembre, pero desde los setenta el gobierno lo prohibió por razones de salubridad.
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lmo