El cáncer facial amenaza a los demonios de Tasmania

El cáncer, conocido como enfermedad del tumor facial del demonio (DFTD), fue descubierto hace unos 20 años en el noreste de Tasmania.

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Brendon Thorne/Getty Images
SYDNEY, AUSTRALIA - OCTOBER 22: A Tasmanian Devil joey is seen at Taronga Zoo on October 22, 2009 in Sydney, Australia. Staff at Sydney’s Taronga Zoo are conducting tests to determine the father of the four joeys in a bid to help the endangered species in the wild. (Photo by Brendon Thorne/Getty Images)

El cáncer facial ha terminado con el 90% de los demonios de Tasmania; el tipo de cáncer que ataca al Sarcophilus harrisii es contagioso, pero solo dentro de la misma especie ya que los humanos y otras especies son inmunes.

El cáncer, conocido como enfermedad del tumor facial del demonio (DFTD), fue descubierto hace unos 20 años en el noreste de Tasmania.

Los demonios de Tasmania enfermos quedan desfigurados; muchos mueren en agonía, usualmente de hambre, ya que no pueden comer debido a las úlceras en la boca y la garganta. Cuando se descubrió la enfermedad, había alrededor de 200 mil demonios de Tasmania en Tasmania.

Los demonios de Tasmania han vivido en Tasmania por más de 600 años, son principalmente nocturnos y solitarios y evitan la confrontación. Sin embargo, cuando comen, lo hacen en manadas, como buitres, cumpliendo una función ecológica. Los animales se pueden encontrar en la costa y en zonas boscosas. Su hábitat está amenazado y son expulsados hacia áreas urbanas donde pueden ser atropellados por los automóviles.

Androo Kelly, cuidador de los demonios de Tasmania, cree que la enfermedad se desarrolló por las condiciones ambientales cambiantes. Una sequía prolongada hizo que hubiera menos animales para que los demonios se alimentaran, lo que les provocó estrés, debilitando su sistema inmunológico.

En la actualidad unos 800 demonios de Tasmania viven en cautiverio para ayudar a mantener la población sana. Los científicos se encuentran trabajando en una vacuna; posiblemente los animales puedan salvarse a sí mismos, en 2016, los investigadores encontraron rasgos genéticos entre varias poblaciones que les daban resistencia al tumor contagioso. Esta investigación genética también podría ayudar a combatir el cáncer en humanos algún día, según un estudio de 2020.

Con información de Deutsche Welle

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