Dan prisión a exguardia de la SS de 101 años de edad por crímenes nazis
Josef Schuetz fue condenado a cinco años de prisión por crímenes nazis por complicidad en el asesinato de prisioneros en un campo de concentración.
Un tribunal de Alemania condenó a cinco años de prisión a Josef Schütz, de 101 años, la persona más anciana juzgada por crímenes nazis, por complicidad de asesinato de miles de personas cuando era guardia en el campo de concentración de Sachsenhausen, en el norte de Berlín, entre 1942 y 1945.
Schütz, un antiguo suboficial de las Waffen SS, fue declarado culpable por “complicidad” en el asesinato de 3 mil 518 prisioneros cuando operaba entre 1942 y 1945 en el campo de concentración de Sachsenhausen.
El hombre enfrenta a un máximo de cinco años de prisión, una condena simbólica que probablemente no cumplirá debido a su avanzada edad.
Señor Schütz, usted tuvo un papel activo durante tres años en el campo de concentración de Sachsenhausen donde fue cómplice de asesinatos en masa
-declaró el presidente del tribunal, Udo Lechtermann.
El magistrado afirmó que por su presencia en el lugar, el acusado apoyó las acciones cometidas en el campo de concentración.
Todas las personas que querían huir del campo fueron fusiladas. Por ende, cualquier guardián del campo participó activamente en estos asesinatos
-dijo el juez.
Más de 200 mil personas fueron encarceladas en este campo de concentración entre el verano de 1936, cuando fue construido, y el final de la Segunda Guerra Mundial, en 1945, reportó la agencia alemana DPA.
La acusación, por su parte, se basa en numerosa documentación con el nombre, la fecha y el lugar de nacimiento del acusado, así como en otros documentos.
Schuetz negó hasta el final ante la Audiencia Provincial de Neuruppin que hubiera sido guardia en dicho campo de concentración, declaró que durante esos años trabajó como jornalero agrícola en Mecklemburgo-Antepomerania y que desconocía qué hechos se le imputaban, con los que dijo no tener nada que ver.
No sé por qué estoy aquí. Digo la verdad. No tengo nada que ver con la policía o el ejército, todo lo que se dijo es falso
-se limitó a decir el acusado, con la voz temblorosa.
Durante ninguna de las cerca de treinta audiencias del caso, el procesado expresó el más mínimo arrepentimiento.
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lhp