Crece práctica de huertos urbanos en ciudades: UNAM

Cuando las ciudades absorben espacios rurales, las actividades productivas no desaparecen, sólo se transforman en la llamada agricultura periurbana.

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Peter Macdiarmid/Getty Images
NEW YORK, ENGLAND - AUGUST 07: Bob Robson works on his allotment on August 7, 2013 in New York, England. The original reason for the name of New York is not known, but it is thought that it may be connected to the once dominant coal mining industry in the area. (Photo by Peter Macdiarmid/Getty Images)

En México, la práctica de la agricultura urbana y periurbana, así como de huertos urbanos, se ha consolidado en los últimos años y su aporte aumenta por el creciente requerimiento de alimentos sanos y vinculados a territorios locales, afirmó Héctor Ávila Sánchez, investigador del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias de la UNAM.

Cuando las ciudades absorben espacios rurales, las actividades productivas no desaparecen, sólo se transforman en la llamada agricultura periurbana. Aunque su potencial no ha sido apreciado, de ella se obtienen hortalizas, flores y alimentos perecederos, aprovechando la cercanía con los grandes mercados de abasto, explicó.

Este tipo de producción generalmente está sujeta a los requerimientos de las ciudades donde se desarrolla; es una práctica distinta a la que se realiza en espacios rurales, pues ocupa áreas mucho menores. Por ejemplo, en la Zona Metropolitana del Valle de México la agricultura que se destina a los mercados se efectúa en menos del 20 por ciento de su territorio.

Ávila Sánchez señaló que nuestro país tiene al menos 10 ciudades con más de un millón de habitantes; aproximadamente 83 por ciento de la población vive en metrópolis que crecen sin límite, y en ese proceso absorben y transforman espacios rurales que se encuentran en sus cercanías.

El aspecto más visible de ese proceso se relaciona con los cambios de uso del suelo: lugares donde se realizaban actividades vinculadas a la producción de alimentos, cultivos o cría de animales, desaparecen o ceden su lugar a zonas habitacionales o espacios industriales; ésta es una constante en el mundo. Se trata del fenómeno conocido como periurbanización.

Pero en algunos espacios del entramado metropolitano han logrado subsistir las prácticas agrícolas, especialmente la agricultura periurbana, de la que se obtienen productos perecederos.

En la actualidad se han transformado las modalidades productivas y han surgido procesos como los circuitos cortos, la agricultura de proximidad y los sistemas agroalimentarios localizados, donde intervienen elementos como la producción sustentable, el comercio justo y el fortalecimiento de redes organizativas de productores, resaltó el universitario.

Ejemplos de ello es la zona de los Altos de Morelos, donde existe una región importante de producción de jitomate, que se ha desarrollado en gran medida por la cercanía con mercados de la Ciudad de México; también son reconocidas las áreas de producción de nopal en Milpa Alta, y Tlalnepantla, en territorio morelense.

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sga