La temporada navideña puede traer consigo múltiples peligros para tus mascotas; de hecho muchas de las decoraciones que utilizamos en estas épocas podrían ser tentadoras para perros y gatos, ¿sabías que las nochebuenas y otras plantas pueden ser tóxicas para ellos?
De acuerdo con La Fundación Super Cachorro A.C , las nochebuenas, representan un grave riesgo para la salud de las mascotas. La savia, es decir, ese líquido blanco que se ve cuando alguna de las hojas se rompe, puede ser extremadamente tóxico, incluso para los humanos.
Las nochebuenas, contienen euforbia la cual podría afectar a tu mascota: si tu perro o gato llegara a masticar o ingerir esta planta, se intoxicarían de manera inmediata causandoles irritación en hocico, lengua y mucosas, así como lesiones ulcerativas, vómito y diarrea. Si el contacto fuera por medio de los ojos, podría presentar conjuntivitis, e incluso opacidad y úlceras corneales. Por vía cutánea, pueden desarrollar ampollas leves. Desafortunadamente, para gatos jóvenes, geriátricos o deshidratados la ingesta de esta planta podría ser fatal.
Aunque no lo creas, el árbol de navidad también puede traer muchos problemas de salud para tu mascota, ya que sus hojas pequeñas y puntiagudas podrían bloquear o perforar sus intestinos. Incluso el agua del pino podría ser tóxica, pues contiene resina y restos de fertilizantes.
Pequeño pero peligroso, el muérdago contiene toxoalbúmina y faratoxina que puede ser causante de problemas gastrointestinales y cardiovasculares; así como vómito, diarrea y dificultad para respirar. Otra planta con la que se debe de tener cuidado es el acebo, de acuerdo a Happets , esta podría ser la planta navideña más tóxica para perros, su ingesta podría causar fuertes vómitos y diarreas; al grado que si un perro de talla media llegase a ingerir 20 bayas podría causarle la muerte en pocas horas.
Así que ya lo sabes, cuida a tu perro o gato en esta temporada decembrina y si tu mascota llegase a ingerir alguna de las plantas mencionadas y presenta alguno de estos síntomas: salivación excesiva, fatiga, irritación en la piel, deshidratación, ampollas, vómito y diarrea, es vital que acudas a un veterinario para que lo examine y descarte posibles complicaciones.
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