La Pirámide de la Luna, segunda estructura principal de la Zona Arqueológica de Teotihuacan y remate de la Calzada de los Muertos, podría ser el punto de partida del diseño urbano de esta gran ciudad mesoamericana.
Dicha hipótesis es planteada por especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), en colaboración con expertos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), tras corroborar la existencia de una cueva natural, a 15 metros de profundidad, bajo la icónica edificación.
En un artículo publicado recientemente en la Journal of Archaeological Science, dedicada a la divulgación de técnicas y metodologías científicas aplicadas a la arqueología, las expertas señalan que hace tres décadas se pensaba que la cueva bajo la Pirámide del Sol era de origen natural, pudiendo esto haber influido a los primeros pobladores para seleccionar el lugar donde se construiría el núcleo religioso. Sin embargo, los estudios más recientes han confirmado que es de origen artificial.
Otro aspecto a considerar, precisan en el texto, elaborado junto con especialistas de la Facultad de Ingeniería y del Instituto de Geofísica de la UNAM, es que el Edificio 1 (100 a.C. y 50 d.C.), es decir, la primera de varias etapas constructivas de la Pirámide de la Luna, representa el monumento teotihuacano más antiguo conocido hasta la fecha, anterior al plan urbano que se observa en la actualidad.
Con información del INAH
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