La ansiedad y la depresión se incrementan durante el embarazo afectando al bebé

Se calcula que en el primer trimestre de embarazo puede haber de siete a ocho por ciento de mujeres con depresión.

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Escrito por: Redacción adn40
La ansiedad y la depresión se incrementan durante el embarazo
MONICAH MWANGI/REUTERS

La ansiedad y la depresión se incrementan durante el embarazo, un periodo en el que impactan en el bienestar de la madre y en el futuro del recién nacido e, incluso, en los hijos de sus hijos, alertó la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Científicos investigan el efecto de ambos padecimientos en el desarrollo neurocognitivo de los bebés, y en las sustancias que regulan la respuesta inmunológica y al estrés.

Ignacio Camacho Arroyo, integrante de la Unidad de Investigación en Reproducción Humana de la Facultad de Química, explicó que la depresión consiste en un estado de ánimo abatido, con pérdida de interés, ausencia de placer en las actividades que se desarrollan, cambios en los hábitos alimenticios y el patrón de sueño, falta de energía, fatiga, problemas en concentración y cognitivos, así como desesperanza.

Se trata de la segunda causa de discapacidad en la población adulta, la cual se prevé podría ser la primera para 2030; peor aún, puede llevar al suicidio. Se calcula que en el mundo 800 mil personas se quitan la vida cada año por esa causa.

En contraste, la ansiedad es un trastorno afectivo que se manifiesta a través de distintos síntomas como: inquietud o anticipación aprehensiva de los eventos que ocurren o pueden ocurrir, sentimiento desagradable en el estado de ánimo, nerviosismo, inseguridad, preocupación excesiva, sensación de peligro, y síntomas periféricos como problemas cardiovasculares y respiratorios, sofocación, escalofríos, irritabilidad o problemas de sueño.

Los expertos descubrieron que en las embarazadas la depresión y la ansiedad producen cambios en las citocinas que son proteínas que participan en la respuesta inmunológica, incremento de las moléculas llamadas quimiocinas, que median el funcionamiento del sistema inmunológico, así como de la hormona denominada cortisol, relacionada con la respuesta al estrés. Otra, la dehidroepiandrosterona, con efectos benéficos, contrarios al cortisol, se encuentra en niveles disminuidos, abundó Camacho Arroyo.

En mujeres embarazadas con ansiedad, depresión, o ambas, se exacerban algunas funciones. “Hemos visto que se incrementan las citocinas llamadas proinflamatorias. Una mayor inflamación puede producir una respuesta inmunológica inadecuada que, incluso, puede generar un parto pretérmino”.

Las dos enfermedades son más comunes en mujeres que en hombres, en una proporción que puede ser de dos a uno. Y en el embarazo su presencia aumenta aún más.

Se calcula que en el primer trimestre de embarazo puede haber de siete a ocho por ciento de mujes con depresión; hacia el final del periodo de gestación la cifra se eleva a 12% y en el posparto a 13%. En el caso de la ansiedad, los números son más altos: de 15 a 17% al inicio del embarazo, y hasta 20 o 25% al final; es decir, una de cada cuatro mujeres.

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