Paulina Arenas Landgrave, académica de la Facultad de Psicología de la UNAM, alertó que el encierro por la COVID-19 podría haber aumentado los casos de suicidio debido al estrés y manejo de emociones que la situación generó en las personas.
Recordó que, de acuerdo con el INEGI, en 2017 las mujeres entre 15 y 19 años tuvieron la tasa más alta de suicidio con cuatro por cada cien mil mujeres; mientras que en el caso de los hombres hubo 15.1 sucesos en jóvenes de 20 a 24 años por cada 100 mil jóvenes.
Arenas Landgrave precisó que si bien las cifras en México no son altas como en otras regiones del mundo, “el 75% de los casos las personas que se quitaron la vida tuvieron un tipo de trastorno asociado, como la depresión o trastornos de ansiedad.
“Los factores que llevan a una persona a cometer suicidio pueden ser múltiples y van desde la historia de vida de las personas, alteraciones en la personalidad, comienzan a expresar ideas de muerte, planes para acabar con su vida; se revisan factores genéticos y epigenéticos”, detalló la investigadora.
Y aclaró que si bien la depresión no es un trastorno mental, en los últimos años tuvo un incremento constante en la población.
La especialista exhortó a aquellos que requieren ayuda, acudir al Programa de Atención Psicológica a Distancia. Se pueden comunicar al teléfono: 55-50-25-08-55.
También se cuenta con la página electrónica: misalud.unam.mx/covid19; o bien, el Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la UNAM, al teléfono: 55-56-23-21-27, y en la dirección: psiquiatria.facmed.unam.mx.
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