El tocadiscos - El ánime, más allá de los otakus - Episodio 22

Una semana más, un nuevo episodio de “El Tocadiscos”, el podcast de ADN 40 donde Lula Bejarano y Heriberto Galindo hablan sobre los temas más importantes en el mundo del entretenimiento.

En esta ocasión, hablarán sobre un tema muy polémico en la cultura popular dado a la manera en la que ha ganado terreno en todo el mundo, hablarán sobre el ánime.

Un termino que engloba la animación tradicional o por computadora de japón, pero antes de llegar ahí, su historia comienza en el año 1900, cuando hay pequeñas animaciones a las cuales llaman “senga eiga” y que significa “películas de líneas dibujadas”.

Años después, este tipo de animación evoluciona y junto con ella, el término, el cual se denomina “doga” que es imágenes en movimiento”. No es hasta 1960 que la practica de las imágenes en movimiento vuelve a evolucionar y se le conoce como “animeeshon”, pero con el paso del tiepo, este término se abrevia a "ánime”.

El ánime se basa en la cultura y tradiciones de japón con dibujos exhuberantes, que muchos expertos creen que se debe a que buscan de alguna manera, una forma de representar a las personas de occidente.

Esta práctica tres géneros que a su vez tienen varios subgéneros, los más importantes son en romanticismo, el realismo y la tecnología. En la mayoría de los ánimes, estos tres géneros están representados incluso por algunos personajes.

En otras noticias, se dio a conocer que las últimas fotografías de Chris Cornell se subastaron como NFT, un non-fungible toke, o un token no fungible, es decir; un archivo digital único que realiza una cadena de bloques de todas las personas que lo han poseido. Cuando se compra, se registran los datos del dueño y cuando lo vende, se suman los datos del otro dueño y así suscesivamente, creando una cadena.

Estos archivos son utilizados en diferentes obras como música, pinturas digitales o fotografías. Las imágenes de Chris son únicas y se remontan al 2017, meses antes de su fallecimiento, en el último photoshoot al que asistió.

Hablando de NFT, Blondie decidió lanzar un homenaje a Andy Warhol, por su natalicio 93. El 6 de agosto, la banda lanzó una obra de arte titulada “Hack the borders” en colaboración con el artista Hackatao, esta obra está basada en el primer retrato que Warhol le tomo a Debbie Harry, vocalista de Blondie. La obra tiene múltiples ediciones y vienen acompañadas por música creada por el guitarrista Chris Stein y por un poema escrito y recitado por Debbie.

En las recomendaciones, esta vez el californiano Ty Segall nos reveló su último material “Harmonizer” y nos tomó por sorpresa ya que no había dado señales de que sacaría otro disco. Lula nos da un recorrido por este álbum que tiene 10 canciones llenas de garage rock, noise y psicodelia.

Un sonido con riff de guitarra super saturado y álgidos sintetizadores, como va avanzando el disco va subiendo ese tono psicodélico, creando un universo sonoro, Sale por completo del sonido que lo caracteriza muy orgánico y análogo para dar un giro se 180 grados.

Cabe mencionar que todos los instrumentos son tocados por él. Es el primer material que se produce en su estudio de grabación y creado totalmente en la pandemia. Un disco difícil de escuchar y hay que darle la oportunidad para entenderlo.

La versión física del disco estará disponible hasta octubre y por momento sólo se puede escuchar por streaming.

Mientras que Heriberto recomienda “SHAME” el nuevo longplay de IDER, un trabajo de pop experimental, rudo, frío. El duo se centra en incomodar, y es que esta idea nace por de la música que se ha popularizado en el reino unido durante los últimos años.

Melodías en loop, ritmos suaves, o ritmos profundos, pero que hablan de lo mismo, estas chicas quisieron ser únicas y diferentes, y lo lograron hasta cierto punto y es que el “shame” estaba planeado para 2019, año donde si hubiera sido algo único.

Sin embargo por la pandemia, tuvieron que estrenarlo hasta el 2021, donde las cosas cambiaron y las tendencias les jugaron una mala broma, pues su trabajo ya no es propositivo, se siente como uno más del monton.

Tomando en cuenta el retraso, el “SHAME” hubiera sido una experiencia completamente diferente al escucharlo. En cuanto a lo musical, hay muchas percusiones, cajas de ritmos y sintetizadores, por lo que no es un ritmo cansado, siempre va cambiando. Este álbum tiene apenas ocho canciones y dura al rededor de media hora.

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