La timidez de Robert DeNiro Más Cuentos de “El Faraón” Gabriel Hernández

Más Cuentos de “El Faraón” por Gabriel Hernández: De las primeras veces que tuve la oportunidad de apreciar el trabajo de Robert DeNiro fue como Leonard Lowe.

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Escrito por: Gabriel Hernández
Más cuentos de “El Faraón del Espectáculo”, Gabriel Hernández
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Más Cuentos de “El Faraón” por Gabriel Hernández: De las primeras veces que tuve la oportunidad de apreciar el trabajo de Robert DeNiro en la pantalla grande, fue en su magistral interpretación de Leonard Lowe, un paciente crónico de encefalitis que sufría crisis catatónicas severas y que debía someterse a un tratamiento experimental, que investigaba el Doctor Malcolm Sayer, que en aquella película, titulada por cierto “Despertares”, tenía vida gracias al talento de Robin Williams. La impresionante interpretación del actor neoyorkino, le valió la nominación al Oscar como mejor actor, en aquel año elegible de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas.

La imagen se quedó grabada en mi mente para siempre, un poderoso actor, capaz de interpretar a quien fuera, como fuera. Lo mismo le imprimía el dramatismo a las historias que lo requerían, que el tono de comedia, de esa que se disfruta más cuando los interpretes no pretenden ser graciosos a costa de lo que sea.

Ya dedicado al periodismo de espectáculos, tuve la encomienda de asistir al Festival de Cine de Venecia, allá por el 2004, cuando se estrenaría a nivel mundial la película “Shark Tale” una cinta animada de la casa Dreamworks, en la que le prestó la voz a un tiburón mafioso de origen siciliano. Ahí fue mi primer encuentro con DeNiro, un hombre que me llamó poderosamente la atención por su extrema timidez. Muy difícilmente me miró a los ojos más de dos veces. El primer encuentro fue en la alfombra roja de la premier, que se llevó a cabo en la Plaza de San Marcos, en la tierra de Marco Polo y que además, de alguna manera, es la tierra de los ancestros del señor DeNiro.

Con cierto dejo de sorpresa, pues la imagen del poderoso actor, al que yo esperaba que por lo menos se interpretase a si mismo, era la de un hombre temeroso inclusive de establecer contacto visual con sus interlocutores. Evadía las preguntas, miraba al suelo, se conformaba con aparecer en la foto, sin si quiera sonreír. Le pregunté sobre su idea de la amistad, que tan fácil era ser amigo suyo. Dijo que los afectos ya están dados, que ese valor no es tan fácil de encontrar entre sus colegas, pero que si tiene algunos que puede contar con los dedos de una mano.

Pasó el tiempo, volando por cierto, y nos volvimos a encontrar el señor y yo, en esta ocasión por la película “Una Familia Peligrosa” en aquella ocasión lo acompañaba Michelle Pfeiffer en el set de la entrevista, solo teníamos unos cuantos minutos y había que tomar la decisión de sobre quien enfocar la entrevista. Me decidí por retarlo a él. Las preguntas fueron directas, habló de lo que se requiere para interpretar a los personajes estereotipados de la mafia, de la comunicación que tiene con el director y de como los jóvenes talentos se acercan con él para preguntarle ciertas cosas que no se aprenden en una escuela de actuación. El hombre tímido, seguía ahí, pero aceptó el reto y me miró a los ojos, directo, profundo… El que tuvo que agachar la mirada y agradecer que se tratara de una entrevista y no de una clase de actuación, fui yo, porque no me hubiera alcanzado el presupuesto para cubrir mi deuda.

Más Cuentos de El Faraón por Gabriel Hernández Miranda. “El Faraón Del Espectáculo”
@Faraon_Gabriel

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