Desayuno con Joan Sebastian: Más cuentos de El Faraón, Gabriel Hernández

En la columna de hoy de Más cuentos de El Faraón, Gabriel Hernández nos cuenta sobre la vez que desayunó junto a Joan Sebastián ¿qué pasó en aquel encuentro?

Actualizado el 31 octubre 2022 18:17hrs 3 minutos de lectura.
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Escrito por: Gabriel Hernández
Más cuentos de “El Faraón del Espectáculo”, Gabriel Hernández
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Esta vez, en los Cuentos de “El Faraón del Espectáculo”, Gabriel Hernández nos cuenta de aquella vez que tuvo un encuentro con el cantante y compositor mexicano Joan Sebastian; pero no en una entrevista o espectáculo en particular, sino en una actividad ordinaria: Un desayuno.

Pero antes de llevarte a esta historia te recordamos la última columna en Más cuentos de El Faraón donde se habló sobre Joan Manuel Serrat.

Un desayuno en paz con Joan Sebastian

A propósito de la celebración de los días de Todos los Santos y los Fieles Difuntos en México, tendríamos que recordar una historia que ocurrió en el restaurante de un hotel en la ciudad de Pachuca, Hidalgo.

Mi compañero Roberto Hernández, mejor conocido entre sus amigos como el “Kiss” me acompañaba en la cámara y nos había tocado asistir a la cobertura de uno de esos llamados bailes que se presentaban cada fin de semana en diferentes locaciones de la República Mexicana.


La mañana siguiente bajamos a desayunar temprano porque tendríamos que regresar a buena hora para no encontrar tanto tránsito vehicular, sobre todo al ingreso de la Ciudad de México (CDMX), que precisamente ese día se convierte en un caos, por el regreso de los vacacionistas de fin de semana que intentan volver, casi siempre, a la misma hora y al mismo tiempo.

En el restaurante del hotel se encontraba el maestro Joan Sebastian, que en paz descanse, junto a su hermano Federico y otro par de acompañantes que no logré identificar. Estaban muy contentos tomando su desayuno, quizá habrían llegado unos diez minutos antes que nosotros, por lo que se veía que apenas les habían servido la órden.

El Kiss, se puso en guardia de inmediato, como quien está listo para batirse en duelo, de esos valientes de película mexicana que ya tienen lista la mano en sus armas, como queriendo pelear. En este caso, para grabar a los Figueroa.

Le pedí que los dejara comer tranquilos, que no era necesario que los interrumpiera de esa manera, sobre todo que por la naturaleza de nuestra cobertura, no le veía el caso tener esa imagen de los personajes en cuestión, degustando sus sagrados alimentos. “Vamos a terminar de desayunar, y si es posible, hablamos con ellos al final.” Le dije al Kiss.

Seguimos con nuestro desayuno, ellos también. Me parece que los hicimos sentir incómodos, porque pensaron que en cualquier momento, los empezaríamos a grabar. Fue entonces cuando ocurrió el cruce de miradas entre el maestro y yo. Sin decir una sola palabra entendimos la petición. Déjame en paz y sabré agradecerlo. Una leve sonrisa se dibujó en su rostro. Una parte de mi, entendió el mensaje. No había necesidad de molestarlo en ese momento.

Joan Sebastian, Federico Figueroa y los otros dos acompañantes pidieron su cuenta, la pagaron y se levantaron de la mesa. La prueba de fuego estaba en marcha, seguramente una parte de ellos seguía pensando que la cámara los perseguiría sin piedad. Pero no fue así. La escena me recordó aquellas historias épicas en donde se les permitía la retirada en paz a los rivales. Como agradecimiento, Joan se despidió con amabilidad, deseándonos buen provecho, le deseamos lo mismo y se fueron en paz.

Dos dias después, tuvimos la oportunidad de cubrir otra presentación de esas multitudinarias. Nos acercamos a la parte trasera del escenario y ahí nos encontramos a Federico Figueroa, organizando a la prensa que se acomodaría para una improvisada conferencia de prensa.

Cuando me vio, me pidió que lo esperara. Cuando hubo oportunidad, el señor Joan Sebastián me respondió algunas preguntas, creo que como agradecimiento a haberlo dejado desayunar tranquilo aquella mañana en “La Bella Airosa”. Lo que parecía una nota perdida, fue la llave que abrió la puerta y tener algo mejo. Se atrapan más moscas con miel, que con hiel. De eso no tengo duda

Más Cuentos de El Faraón por Gabriel Hernández Miranda. “El Faraón Del Espectáculo”
@Faraon_Gabriel

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