Lejos de la paridad. Bitácora de Guerra por Hannia Novell

Bitácora de Guerra por Hannia Novell. La discriminación de género no sólo es un fenómeno social basado en la falsa creencia de que un sexo es superior al otro, es también un desafío para las mujeres interesadas en tener presencia en los negocios y las esferas gubernamentales.

Hoy por hoy, la representación de las mujeres en México es insuficiente en todos los niveles de toma de decisiones y, por lo tanto, aún está lejana la meta de paridad, porque prevalece la idea de que los hombres son un sexo superior, con talentos, derechos, privilegios y un estatus extraordinario.

Los números hablan por sí solos. A pesar de que el gabinete del Gobierno Federal presume que es el primer equipo presidencial paritario, porque casi el 50 por ciento de las secretarías de Estado son dirigidas por mujeres, lo cierto es que las mujeres sólo dirigen el 30 por ciento de la alta burocracia.

Incluso, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) reveló que entre más alto es el puesto y el salario, hay menos mujeres. Por ejemplo, sólo en el 30.6 por ciento de las subsecretarías, jefaturas de unidad y direcciones generales, están ocupadas por mujeres; mientras que la proporción aumenta al 44.1 por ciento, en el caso de direcciones de área, subdirecciones o jefaturas de departamento.

La disparidad, en la que los hombres salen ganando, también se presenta en el caso de los salarios. La Secretaría de Economía, por ejemplo, está encabezada por Tatiana Clouthier quien ha privilegiado la designación de hombres en puestos más altos y con los mejores sueldos. Aquí una prueba fehaciente.

De acuerdo con Nómina Transparente -página administrada por Función Pública y actualizada hasta el 15 de mayo de este año-, en Economía hay un total de 31 Direcciones Generales, 20 de ellas ocupadas por hombres y 11 por mujeres. El sueldo neto de esas plazas es de 98 mil 268.82 pesos mensuales.

En la iniciativa privada prevalece la brecha laboral de género, pero se observan algunos avances. Una encuesta publicada por la Consultora Mercer reveló que las mujeres representan el 40 por ciento de la fuerza laboral promedio de las empresas y aunque tienen más posibilidades de ser contratadas, en comparación con los hombres, no es así. ¿La razón?

Numerosos son los factores que llevan a las mujeres a renunciar a sus sueños y propósitos vitales; entre ellos, las diferencias en la calidad de la educación, la imposibilidad para viajar -debido a que las mujeres son las cuidadoras de niños, enfermos y ancianos-, y la necesidad de contar con el permiso y aval de padres, hermanos, novios y maridos para dedicarle más tiempo a su carrera profesional que a las labores del hogar.

Pese a lo anterior, es innegable que ha mejorado la participación de las mujeres en las grandes empresas. Según el informe anual Mujeres en los Negocios, elaborado por la firma británica Grant Thornton, México ocupa el séptimo lugar mundial con mujeres que ocupan puestos de alta dirección, detrás Filipinas, Sudáfrica, India, Alemania y Canadá.

Otros estudios han medido el valor agregado que aporta la participación de las mujeres en la iniciativa privada. La consultora Mckinsey indica que la inclusión de las mujeres, en la cadena de producción, agregaría 12 mil millones de dólares de crecimiento al Producto Interno Bruto Mundial (PIB).

Es un hito importante la participación de mujeres en puestos de alta dirección de la burocracia como del mundo de los negocios. Sin embargo, aún es necesario impulsar mayor equidad en el ascenso laboral. Nos conviene a todos.

Bitácora de Guerra por Hannia Novell.
@HanniaNovell

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